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El movimiento para la trimembración social
Antecedentes, fases iniciales, cuestiones centrales
Contenido
Una Cita de Rudolf Steiner del año 1888
1894 La filosofía de la libertad
1899 – 1904. Escuela de Formación de los Trabajadores
1907. Situación histórico-biográfica de Rudolf Steiner
La Teosofía también se puede construir en lo social
La imaginación, una exigencia para en entendimiento de procesos sociales y económicos
La imaginación, reto para la quinta época cultural
1917. En torno a los Enigmas del Alma
1919. Los puntos centrales de la cuestión social
1919 Alocución de Rudolf Steiner a los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria
Una Cita de Rudolf Steiner del año 1888
“Sólo aceptar como verdadero lo que nuestro propio pensamiento nos obliga a pensar. Y vivir sólo en las comunidades estatales y sociales que creamos nosotros para nosotros. Este es el gran pensamiento guía para nuestra época,“
Recopilación ensayos sobre historia de la cultura y de la época. 1887-1901. Papado y Liberalismo, Deutsche Wochenschrift 1888, VI Jg., Nr. 28.
Esta frase “programática” Rudolf Steiner anticipa lo que luego iría a poner en la práctica en 1919, en “los tiempos de la trimembración social”, empezando con la primera institución social “que creamos nosotros para nosotros”, la primera escuela libre Waldorf.
1894 La filosofía de la libertad
La libertad del individuo volvería a ser un gran tema dentro de la trimembración social, donde se trata de incorporar el ser humano libre en el organismo social, dándole su valor, estimación y confianza en la esfera cultural espiritual.
La “Filosofía de la Libertad” fue publicada con la mirada puesta en la cuestión social. En 1918 se vuelve reeditar el libro, y en 1918 también será cuando Rudolf Steiner menciona la falta del pensamiento propio, libre y autónomo (y la falta de una vida cultural-espiritual libre) como uno de los fenómenos sociales que condicionaron el reconocimiento del Estado unitario paternalista.
1899 – 1904. Escuela de Formación de los Trabajadores
De 1899 a 1904, Rudolf Steiner lleva una actividad docente en la Escuela de Formación de los Trabajadores fundada por Wilhelm Liebknecht en Berlín. Un resumen de sus intervenciones se encuentra recopilado en su libro “Sobre filosofía, historia y literatura (GA 51). En 1904 fue despedido de la Escuela cuando uno de los dirigentes se percató de que la concepción de la libertad del individuo tal como Rudolf Steiner la defendía en su ‹La filosofía de la libertad› y dentro de su pensamiento social, no era compatible con la orientación marxista de la Escuela. De esta manera se ve frustrada la intención de Rudolf Steiner de ampliar el pensamiento del materialismo histórico con elementos de una concepción espiritual del ser humano.
1907. Situación histórico-biográfica de Rudolf Steiner
El Congreso del año 1907 y el hecho de que en aquel momento aparezca el motivo de las dos columnas tiene un significado en la historia de la Antroposofía y en la biografía de Rudolf Steiner. Vamos a fijarnos en dos antecedentes que se produjeron poco antes del Congreso. En 1904, después de una actividad docente de 5 años, Rudolf Steiner es despedido de la Escuela para los Obreros de Berlín (Marxistische Arbeiterschule), donde la dimensión espiritual de la libertad humana defendida por Steiner resultó incompatible con la ideología marxista de la escuela. Un año después de este golpe, sigue otra gran desilusión: El artículo “Ciencia espiritual y cuestión social” publicado en 1905 en la revista “Luzifer-Gnosis”, en el que Steiner desarrolla la “ley social fundamental” e inicia una orientación científica espiritual para la ciencia social, no recibe el más mínimo interés por parte de los teósofos. A raíz de esta experiencia desilusionante, Rudolf Steiner abandona sus intentos de tratar la cuestión social en los círculos teosóficos. Solo a partir de 1918/1919, sobre la base de un incipiente movimiento antroposófico, vuelve a sacar las cuestiones sociales ardientes, que habían quedado sin trabajar durante tantos años.
En el periodo de 1905/06, Rudolf Steiner se encuentra en un vacío entre la sabiduría esotérica teosófica y el impulso de cambio del proletariado. La fuerza volitiva de este último no contaba con las ideas sociales sanas y fructíferas; e inversamente, la Sociedad Teosófica, y con ella la burguesía en general, vivía en el ámbito de conocimiento y cultura, pero sin la voluntad de realizar cambios sociales decisivos.
En este contexto, los nombres de las dos columnas Boas y Jaquim, también traducibles con “sabiduría y voluntad”, son expresivas y sintomáticas para aquel momento. En realidad, la imagen del sello refleja una situación de umbral en varios sentidos, pero también el momento crítico en la propia biografía de Rudolf Steiner:
Rudolf Steiner se ve colocado en una situación de umbral, entre “Fuerza” y “Sabiduría“, entre el movimiento revolucionario masivo en las calles en un escenario en parte violento, por un lado; y por otro, la sabiduría del Este cultivada en los salones de los Teósofos. Para Rudolf Steiner se produce un vacío entre dos extremos (o polaridades opuestas), entre dos partes enemistadas entre ellas: el proletario y la burguesía. En un extremo, el proletariado que no cree en la moral (“pura ideología”) de la burguesía; en el otro extremo, la burguesía que no tiene interés en el proletariado / la cuestión social.
La falta de interés por parte de la clase burguesa, y la antipatía de la clase proletaria contra el capitalista, tienen un carácter antisocial con el que es imposible construir un pensamiento social fraternal.
La experiencia de tensión irreconciliable se va a intensificar en los tiempos de trimembración social, cuando Rudolf Steiner se ve, sin querer, enfrentado a ambas partes: El movimiento proletario comunista no se vio en condiciones de colaborar con un “vidente de espíritus”; los teósofos no entendían cómo Rudolf Steiner podía dedicar su tiempo a temas “inferiores”· en lugar de enseñar los deseados contenidos de alta espiritualidad.
En la Escuela Esotérica, Rudolf Steiner enseñaba el tercer elemento que tiene que surgir entre los dos extremos para que haya una perspectiva o fuerza mediadora, reconciliadora. El discípulo de la Escuela Esotérica aprendió que esta tercera fuerza, la fuerza central, solo puede ser la fuerza del corazón, el amor. Anticipando el principio formador de la trimembración social, y llevando la fuerza central a la esfera de sociedad, comunidad y convivencia, será el derecho que tiene la función mediadora entre los dos ámbitos extremos del ámbito cultural-espiritual y ámbito económico.
El ejemplo vivo del amor que se vuelve los dos lados opuestos, fue el mismo Rudolf Steiner, con su compromiso incondicional con las necesidades de los trabajadores ofreciéndoles humildemente una ampliación de su pensamiento social, pero también con las necesidades espirituales de los miembros de la Sociedad Teosófica. En ambos casos respondió con empatía y amor a la petición de enseñanza de grupos con intereses particulares. Su deseo, que nunca se cumplió, fue que fuera posible un entendimiento mutuo y acercamiento entre ambas partes.
La Teosofía también se puede construir en lo social
Tras el Congreso de 1907, Rudolf Steiner dio pasos para unir la corriente teosófica, comprometida con el cuidado de la antigua sabiduría contemplativa del Este, con una Sociedad Antroposófica futura orientada en el sendero de la autoeducación, en un cristianismo adecuado para la cultura occidental moderna, y en la actividad en los ámbitos artístico y social.
En el marco del Congreso, en un consenso con Annie Besant, directora de la Sociedad Teosófica, Rudolf Steiner consiguió la autonomía para dirigir la Escuela Esotérica bajo su propia responsabilidad. El camino de ejercitación de carácter antroposófico iba a ser abierto y accesible a todo el mundo, siguiendo el espíritu de Pentecostés del Congreso de 1907 que abrió ciertos elementos ocultos al público, entre ellos las mismas columnas, las inscripciones en ellas, las tres sentencias rosacruces, y otros más.
La esencia de la nueva Antroposofía, la dio a conocer Rudolf Steiner inmediatamente después del Congreso, en el ciclo “La Teosofía del Rosacruz” (Múnich, del 22 mayo al 6 de junio de 1907. GA 99). Y poco después formula:
“La intención fue mostrar una cosa que he venido enfatizando una y otra vez en relación con nuestra causa teosófica - mostrar que la Teosofía no debe ser sólo el objeto de la meditación privada y la vida interior. La causa teosófica significa intervenir en la vida práctica, debe ser una cuestión de educación, una cuestión de interés y acción en todos los ámbitos de la vida práctica. [...]
La teosofía también puede construirse: puede construirse en la arquitectura, en la educación y en la cuestión social. El principio del rosacrucianismo es introducir el espíritu en el mundo.
Rudolf Steiner, informe sobre el congreso de Múnich en la Rama de Berlín, 12 de junio de 1907
La imaginación, una exigencia para en entendimiento de procesos sociales y económicos
La afirmación de que “la teosofía también puede construirse: puede construirse en la arquitectura, en la educación y en la cuestión social” se refiere al edificio (el Goetheanum) como obra social, el lenguaje de las formas arquitectónicas vivas y orgánicas como nuevo lenguaje de la construcción de lo social / en lo social, un lenguaje no intelectual, inmediatamente accesible para todos, independiente de su nivel de cultural o clase social (véase Caminos hacia un nuevo estilo arquitectónico. "Y el edificio se convierte en hombre", segunda conferencia, Dornach, 17 de junio de 1914). Con el lenguaje de la arquitectura orgánica, Rudolf Steiner da continuación y continuidad a su trabajo anterior en la Escuela de Formación de los Trabajadores en Berlín: encontrar el lenguaje adecuado para la comunicación de contenidos antroposóficos .
== El edificio del Goetheanum fue concebido como antroposofía visible y accesible a todo el mundo, a diferencia de los salones para círculos teosóficos cerrados.
== Muchas personas que trabajaban en la construcción Goetheanum fue pertenecían a puebles que entonces estaban en guerra entre ellos. El arte social del trabajo común consistía en la construcción en las facultades propias en la cooperación con los demás.
== Las formas de las columnas y arquitrabes, igual que las formas de euritmia, desarrolladas paralelamente en la misma época, son formas para un entendimiento común no intelectual.
En el mismo sentido, Rudolf Steiner habla de la importancia de las imágenes y del pensamiento pictórico/imaginativo como objetivo de una la pedagogía que no solo pretende educar el pensamiento intelectual, usando
“conceptos que lleven en sí el potencial de lo imaginativo... Conceptos que actúen en la mente del hombre de manera muy diferente a los meros conceptos abstractos de la ciencia natural, los de causa y efecto, fuerza y sustancia y materia, etc.”
Rudolf Steiner, La cuestión pedagógica como cuestión social, tercera conferencia, GA 296.
En el nivel superior de la ciencia social y socioeconómica, Rudolf Steiner resalta una vez más que
“Sólo con la ayuda de conceptos imaginativos se logra tener una imagen de una estructura social concreta que se da en cualquier lugar. De lo contrario se llega a abstracciones insustanciales de poco valor.
Ya no vivimos en tiempos de los mitos. Pero con el mismo impulso con el que nuestros antepasados crearon imágenes de la realidad a través de la imaginación ligada a la realidad espiritual, con el mismo impulso debe desarrollar concepciones imaginativas el que hoy quiera entender la realidad social económica.
No será necesario crear una nueva mitología, pero debería haber la capacidad de pensar en uno las condiciones geográficas, del suelo, de la mentalidad y las necesidades de la población, de tal manera que este pensamiento sinóptico se produzca con la misma fuerza con la que se formaron los mitos en su día, con la fuerza que teje en forma de imaginación en el espíritu, y que aparece como imagen exterior en la estructura económica.”
Rudolf Steiner, La ampliación de las ciencias actuales por la Antroposofía, Zúrich, 14 de noviembre de 1917, GA 73
En el Curso Económico de 1922, Rudolf Steiner describe cómo el dinero gana en ligereza cuando se transforma del dinero de compra en capital donado. Pero después el capital espiritualizado debe volver a materializarse como semilla que se pierde en la tierra. Es todo un proceso de metamorfosis del estado más material (dinero de compra) al estado más espiritual (dinero de donación), que tiene mucho que ver con las formas de la columna de Mercurio de la Sala Principal del Goetheanum.
La imaginación, reto para la quinta época cultural
“Estamos viviendo tiempos en los que quiere entrar en las almas humanas lo que llamamos la imaginación.
Ahora bien, existe una ley peculiar: lo imaginativo, que quiere entrar en el alma humana y que aún no puede ser asumido como imaginación en una determinada época, arroja algo así como una imagen espejo que se convierte en algo que queda por debajo del plano físico, y en la misma mediad en que la imaginación misma está por encima del plano físico. La imaginación suscita en el ser humano pasiones, sentimientos, pulsiones, instintos, que actúan de forma antagónica.
Y si tomamos hoy en día los instintos, los arrebatos de pasión con los que se insultan los pueblos, no son más que el resultado de que las imaginaciones que deberían recibir los pueblos europeos no pueden bajar, y en lugar de ello se reflejan bajo el plano físico en el subconsciente humano, en forma de tales instintos y pasiones que contrarias a la verdad.
Básicamente, podemos decir que todo lo que estamos viviendo en la actualidad en cuanto a la descarga de instintos y pasiones es la expresión de que nuevas imaginaciones quieren irrumpir en el desarrollo cultural humano. Todo lo que la guerra hace aflorar en forma de fenómenos tan tristes es la nueva imaginación que la humanidad no puede realizar.”
Rudolf Steiner, Europa central entre Este y Oeste. Historia cósmica y humana, quinta conferencia, Múnich, 18 de marzo de 1916, GA 174a
1917. En torno a los Enigmas del Alma
En noviembre de 1917 se publica el escrito de Steiner ‹Acerca de los enigmas del alma› (capítulo: Las dependencias físicas y espirituales de la naturaleza humana), en el que expone por primera vez la relación de la fisiología trimembrada humana con las tres facultades anímicas: sistema neuro-sensorial/pensamiento, sistema rítmico/sentimiento, sistema metabólico-motor/voluntad.
Dos años después de publicar el libro ‹En torno a los enigmas del alma›, en medio del movimiento para la trimembración del organismo social, Rudolf Steiner plantea la siguiente pregunta:
“¿Qué sentido tendría hablar hoy en día sobre la trimembración del organismo social, si no hubiera sido presentado, como verdadero conocimiento de la ciencia natural, la base espiritual para el organismo humano trimembrado en las capacidades neuro-sensoriales, rítmicas y metabólicas?”
Tratamiento científico-espiritual de las cuestiones social y pedagógica, séptima conferencia, GA 192
Las nuevas ideas sociales acercadas por Steiner, en cuyo centro están las condiciones para una interrelación sana de los tres ámbitos sociales (el espiritual-cultural, jurídico y económico) no son fruto del pensamiento abstracto idealista ni la idea de un genio particular de las ciencias, sino el resultado del profundo estudio preliminar del organismo humano y de las condiciones para el bienestar de este.
En su primer ciclo dedicado a esbozar la posibilidad de la acción social antroposófica en los tiempos de la incipiente revolución en la Alemania del año 1918, Steiner habla de la teoría sobre la República (Politeia) en la que Platón describe el alma en su división tripartita, análoga a la del estado, y sigue para dejar claro que:
“Hoy todavía, el entendimiento del ser humano trimembrado sigue siendo prerrequisito para la organización del organismo social. No será posible comprender lo que sucede en la estructura social de la humanidad, y cómo despliegan su vida las estructuras sociales, sin un estudio del ser humano centrado en su naturaleza trimembrada.”
Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social, quinta conferencia, 17 de noviembre de 1918, GA 185a
En el escrito “En torno a los Enigmas del Alma”, Steiner critica que la ciencia fisiológica vigente, centrado únicamente en el sistema nervioso, interprete el sentimiento como una especie de fenómeno acompañante marginal del pensamiento, y la voluntad como una especie de prolongación de lo que los nervios sensibles proporcionan a los ‹nervios motores›. Este pensamiento científico que tiene el concepto de una centralita en el cerebro que da órdenes a los miembros para la acción humana, sigue operando subconscientemente en el pensamiento popular. Dos años más tarde Steiner comentará:
“¿Cómo puede haber un pensamiento práctico en una humanidad que se rinde a la idea loca: en nuestro interior hay un aparato telegráfico y que hay cables que conducen a un punto en el cerebro, donde se transforman en otros cables, en nervios sensitivos en motores? Nuestra ignorancia, producida por un sistema escolar pervertido que goza de la confianza del público [...], genera la incapacidad para el pensamiento verdaderamente social.
[…]
¿Cuál es nuestro concepto del trabajo hoy? La ilusión de que exista una la diferencia entre nervios motores y sensitivos hace que la gente se distraiga psicológicamente de captar un verdadero concepto del trabajo.”
Tratamiento científico-espiritual de las cuestiones social y pedagógica, séptima conferencia, GA 192
Si a este concepto robótico del ser humano se suman otros conceptos materialistas como el del trabajo como algo necesario para ganar dinero y poder comer, el trabajador tiene que perder la conexión con las cuestiones “espirituales” relacionados con el trabajo en general y su situación laboral en concreto, es decir, sobre el sentido de su trabajo, con la propia decisión vocacional, el por qué se encuentra en un determinado entorno laboral, no en otro, etc.
«Hay que familiarizarse con el pensamiento que, en un orden mundial en el que […] el trabajo sirve para ganar lo que es necesario para la vida, nunca puede prosperar la idea de la reencarnación y el karma.» (GA 135).
De ahí se puede entender que la concepción del trabajo propio y ajeno tiene que ver con la facultad de inspiración, completando el entendimiento de los procesos económicos a través de la imaginación y el uso del capital desde la conciencia intuitiva. En este sentido Rudolf Steiner expresó la necesidad de entender los tres elementos fundamentales de la economía con las tres facultades anímico-espirituales, usando la fórmula (que hay que entender en su profundidad): “mercancía – imaginación. trabajo – inspiración, capital – intuición“.
1919. Los puntos centrales de la cuestión social
“No será posible realizar nada próspero si no se tiene conocimiento de cómo lo que se piensa hacer, se relaciona con los fundamentos del sano organismo social. Quien posee tal conocimiento, ha de encontrar, en el lugar en que se encuentre o que sepa ocupar, la posibilidad de realizar lo que las condiciones respectivas exigen que se haga. Empero el hecho de que, en el curso de mucho tiempo, la voluntad humana haya adaptado la forma de instituciones sociales, genera la tendencia de desviación para el juicio individual y, por consiguiente, no permite adquirir el conocimiento al que aquí se alude. Habituada a dichas instituciones, la humanidad ha orientado su pensamiento en ellas, y su juicio y criterio se limita a valorar si lo aportado por ellas es digno de conservarse, o bien necesita alguna modificación. Quiere decir que el pensar se deja guiar por los hechos creados, cuando, en realidad, debería dominarlos. Ahora es necesario ver que únicamente será posible formarse un juicio que esté a la altura de los hechos si la mirada se remonta a las ideas primarias en que se basan todas las instituciones sociales. “
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social
Con otras palabras, la vida espiritual libre deja que las instituciones públicas impriman su pensamiento en ella, en lugar de tomar ella misma las riendas de señalar las ideas sociales orientadoras desde la concepción de las cosas y del ser humano, desarrolladas en el campo de la filosofía, ética, ciencia, etc.
“Cuando no existen las fuentes de las cuales siempre de nuevo fluyen al organismo social las fuerzas inherentes a las ideas primarias, las instituciones toman formas que en vez de promover, entorpecen la vida de dicho organismo. Mas las ideas primarias continúan viviendo, más o menos inconscientemente, en los impulsos de los ciudadanos, aunque los pensamientos plenamente conscientes se desvíen de la realidad y provoquen, o hayan provocado estorbos en el desarrollo de la vida social. En un mundo de tal naturaleza, las ideas primarias se manifiestan de un modo caótico y aparecen, abierta o veladamente, detrás de las perturbaciones revolucionarias del organismo social, perturbaciones que no se producirán si este organismo posee una configuración de tal característica que en todo momento pueda propender a observar dónde las instituciones van desviándose de la norma trazada por las ideas primarias, y que también exista la posibilidad de contrarrestar el desvío antes de alcanzar una extensión fatal.
En nuestro tiempo, la vida humana se ha desviado ampliamente de las condicionas exigidas por las ideas primarias. Pero los impulsos que se apoyan en estas ideas viven en almas humanas y, frente a los hechos, son expresión de una vehemente crítica con respecto al desarrollo del organismo social en el curso de los últimos siglos. Por esta razón hace falta la buena voluntad de recurrir, con toda energía, a las ideas primarias, y de reconocer cuan perjudicial resultaría, precisamente en la actualidad, rechazarlas por ajenas a la vida práctica.”
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social
Es importante leer esta cita larga detenidamente porque 100 años después, Rudolf Steiner no podría caracterizar mejor nuestra situación actual, aunque sí con la diferencia de que “las organizaciones” mundiales de hoy tienen un poder mucho mayor de dirigir el pensamiento público.
Las grandes instituciones nacionales y supranacionales siempre tendrán en objetivo de mantener su poder y autoridad a través de enseñanzas que mantienen el gran sistema en que la población nacional o mundial siga funcionando bajo las reglas expresadas en agendas, programas, conferencias y declaraciones mundiales. Una enseñanza libre, no orientada a un dogma, un solo plan de estudios nacional o una sola agenda mundial sino al ser humano, enseñará lo que Rudolf Steiner llama “ideas primordiales” (como “capital”, “trabajo”, “mercancía”, pero también otras como libertad, igualdad, fraternidad),, en un sentido que siempre pregunta por la relación de ellas con la naturaleza físico-anímico-espiritual del ser humano (véase el artículo en esta página web: “Antroposofía y Antropología. Trimembración social y ciencias sociales”.
Véase también en el Glosario de esta página: “Ideas sociales primarias”.
En el mismo año 1919, Rudolf Steiner hizo realidad lo que afirmó en “Los puntos centrales de la cuestión social”:
“Es necesario que no solamente los especialistas, sino cada alma humana —ya que todo hombre participa de lo que ocurre en el organismo social— posea siquiera un entendimiento instintivo de las necesidades de dicho organismo. No podrán desenvolverse el sano pensar y sentir, el sano querer y aspirar con respecto a la conformación del organismo social, sino cuando se tenga claramente presente, aunque de un modo más o menos instintivo, que, para lograr su sano funcionamiento, el organismo social, lo mismo que el organismo humano natural, deberá tener una estructura ternaria.”
Como en general, “Los puntos centrales de la cuestión social” son un decidido alegato para una vida cultural-espiritual libre, la afirmación particular anterior es un llamamiento inicial para una educación de la conciencia social, no dirigida a mentes privilegiadas sino a toda la población.
1919 Alocución de Rudolf Steiner a los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria
El mismo día de la alocución de Rudolf Steiner a los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria, Stuttgart, 23 de abril de 1919, se decidió fundar la escuela libre para los hijos de los trabajadores de la fábrica.
En ella comunica que la vida espiritual no tiene que ser un privilegio de la burguesía, que el espíritu no es una invención de esta última, que todo ser humano merece una educación que le permite entender el mundo llegar a un juicio social propio, y “que todo lo que sucede en el suelo cultural-espiritual sea asunto de todos”.
“Estamos viviendo un tiempo muy significativo, que se anuncia ya por hechos que hablan fuerte en gran parte de Europa, por hechos que se expandirán cada vez más; y en estos tiempos significativos es necesario pensar seriamente, muy seriamente, sobre todo en círculos como este, sobre las tareas que uno puede tener como ser humano, como obrero; pensar sobre los derechos que uno debe tener; sobre lo que uno puede recibir de la vida en general.
Verán, la mayoría de ustedes se habrán formado opiniones a lo largo de los años sobre lo que hay que hacer para resolver la llamada cuestión social, el movimiento social. Algunas de las opiniones que se han formado tendrán que replantearse dentro del movimiento obrero. … “En este momento, nuestro cometido ha de ser saber cómo debemos esforzarnos por pensar (sobre la cuestión social). Pero primero tenemos que ponernos de acuerdo en que hoy en día es especialmente importante que tengamos confianza los unos en los otros y que es la confianza a partir de la que realmente podemos lograr algo. Confianza que menguaba en los últimos tiempos que han mostrado su absurdidad por el hecho de que han conducido a esa terrible catástrofe [de la Primera Guerra Mundial].]
La cuestión principal es que quien quiera hablar hoy de reorganización y reconstrucción social debe hacerlo con interés sincero en las exigencias del proletariado mundial. …
Lo que pretende el llamamiento (el Llamamiento al Pueblo Alemán y al Mundo Cultural, de Rudolf Steiner, en febrero de 1919) es que todo lo que sucede en el suelo cultural-espiritual sea asunto de todos, y que el trabajador intelectual-espiritual sea responsable ante toda la humanidad. … Cosas que el proletario no sabía dentro de la cabeza, pero lo sentía con certeza en el corazón.
Estos son retos que en nuestros tiempos encuentran su expresión en las exigencias de alcance histórico mundial.
Ustedes tienen que plantearse la pregunta: ¿Cómo son los que quieren ser nuestros líderes espirituales? Estos proceden de las instituciones educativas en las que nosotros no podemos participar. Todo esto cambiará cuando la vida espiritual sea libre, y cuando el representante de lo espiritual ya no disponga de ningún apoyo de corporaciones económicas, del orden capitalista, ni tampoco del estado, sino cuando tenga que justificar cada día que lo que hace tiene algún valor para la sociedad, porque las personas confían en él. La vida espiritual tiene que fundamentarse en la confianza entre la humanidad y sus líderes espirituales.
Verán, en los últimos años, cuando alguien hablaba, como yo les estoy hablando ahora, se prestaba atención al contenido de lo que decía. Se escudriñaba si las cosas que se decían se correspondían más o menos con las viejas ideas sociales o los ideales del proletariado, y se rechazaba a la persona en cuestión si no decía exactamente lo mismo, al menos en los aspectos principales.
Hoy las cosas tienen que cambiar; de lo contrario no saldremos del caos sino que nos adentraremos cada vez más en él. Hoy tenemos que hacer algo completamente diferente para despertar la confianza mutua. Debemos escrutar cuidadosamente las intenciones, debemos comprobar si lo que se dice es honesto y sincero. Hoy, independientemente de cómo vean lo que hay que hacer, debe ser posible que sea escuchada toda persona que tenga intenciones honestas y sinceras frente las exigencias del mundo proletario. “
Alocución de Rudolf Steiner a los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria, Stuttgart, 23 de abril de 1919. En: “Nueva configuración del organismo social. 14 conferencias públicas y ante los trabajadores de los talleres Daimler Benz, de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria y otras industrias, GA 330.
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Véase también en esta página:
- Hacia la primera Escuela Waldorf, primera a cuarta parte, sobre las iniciativas para un primer impulso para una vida cultural-espiritual libre en el espíritu de la trimembración social.
- 100 aniversario del Curso de Economía y del Congreso Este Oeste, sobre el Curso de Economía como última gran iniciativa de «los tiempos de la trimembración social», con el impulso para un nuevo pensamiento económico futuro.
- “Antroposofía y Antropología. Trimembración social y ciencias sociales. Una filosofía compartida sobre el ser humano“