Procesos vitales, y pensamiento social

02.04.2024

 

 

Contenido

La naturaleza de los procesos del pensamiento en su relación con los procesos vitales   

Calor, calidez, amor. a lo largo de los procesos vivos del pensamiento

Pensamiento social abstracto y congelado

Fuerzas de deconstrucción en el organismo humano y en la sociedad

Conclusiones

 

“Toda idea que para ti no se convierta en ideal, destruye una fuerza de tu alma; toda idea que se convierta en ideal, crea dentro de ti fuerzas vitales.“

Rudolf Steiner, Cómo se adquiere el conocimiento de los mundos superiores

 

Si una persona se entusiasma por un ideal moral elevado, el entusiasmo interior ejerce una influencia sobre el organismo cálido. Lo que experimenta el ser humano en términos de ideales morales, no solo produce calor anímico en él, sino también proporciona calor al cuerpo. …

Rudolf Steiner, El puente entre la espiritualidad cósmica y lo físico del hombre, décima conferencia, GA 202

 

El entendimiento de los procesos vitales tal como los distingue la antropología antroposófica da la oportunidad de entender las fuerzas de construcción y deconstrucción en los organismos naturales y el organismo social.

¿El pensamiento es producto de procesos bio-químicos cerebrales, y no requiere atención especial del que los piensa?

 

La naturaleza de los procesos del pensamiento en su relación con los procesos vitales

El conocimiento de los procesos vitales naturales es uno de muchos ejemplos de cómo el conocimiento del ser humano tiene consecuencias para el entendimiento de su condición de “ser natural” y de su ubicación dentro de la sociedad. De hecho, la trimembración social parte del conocimiento del ser humano, no de un análisis de fenómenos sociales para los que hay que buscar medidas y soluciones. Más bien, el conocimiento del ser humano dará respuestas a cómo será su posición y acción dentro de la sociedad.

 

“Es de suma importancia saber que las fuerzas del pensar común humano son las fuerzas refinadas de la estructuración y del crecimiento. En el configurarse y crecer del organismo humano se manifiesta lo espiritual, pues éste aparece más tarde en el transcurso de la vida, como fuerza del pensar espiritual.

Esta fuerza del pensar es sólo una parte de las fuerzas formativas y de crecimiento que tejen en lo etéreo. La otra parte permanece leal a la tarea asumida al principio de la vida humana. Sólo por el hecho de que el ser humano continúa desenvolviéndose después de que su estructuración y crecimiento físico hayan progresado y, hasta cierto grado, llegado a su término, puede lo espiritual-etéreo que teje y vive en el organismo, ulteriormente aparecer como fuerza del pensar.

Rudolf Steiner e Ita Wegman, Fundamentos para una Ampliación del Arte de Curar, 1924, GA 27.

 

“Un aspecto particular de las fuerzas refinadas de la “estructuración y del crecimiento” de las que habla Ita Wegman son los siete procesos vitales que se distinguen en la antroposofía en los campos de trabajo de la antroposofía aplicada:

  1. Respiración, 2. Calentamiento, 3. Nutrición, 4. Asimilación, 5. Conservación, 6. Crecimiento 7. Reproducción.

 

En el intento de entender las consecuencias de estos procesos orgánicos naturales para el ser humano en su naturaleza completa anímico-espiritual, la ciencia antroposófica señala un fenómeno que puede ser comprobada por la observación ordinaria: que los distintos  procesos del pensamiento humano no son de una fuerza que existe independiente del resto del organismo, y que más bien son una continuación de los procesos vitales relacionados con el metabolismo y en gran parte concentradas en el organismo “inferior”.

 

1 Respiración

La percepción sensorial se une inmediatamente con el concepto correspondiente. Con cada nueva percepción del mismo objeto podemos comprobar si el concepto que relacionamos con ella es el más adecuado, si se puede corregir, ampliar, enriquecer. Es un proceso de continua “respiración” entre el mundo percibido y el Yo que lo percibe y lo quiere entender, una respiración necesaria para que el pensamiento no quede paralizado y petrificado con conceptos preconcebidos y la tendencia resultante de ideologías y dogmas. Es necesario revisar la propia concepción de las cosas una y otra vez.

2 Calentamiento

Mucho depende de si nuestra actividad pensante sea impregnada de calor o no – de si bien es un frío tomar nota de las cosas para llevarlas a una utilidad calculada o bien se une con las cosas con cierta calidez interior. La comida fría y la respiración de aire frío puede perjudicar el bienestar o estado de salud; el frío pensamiento intelectual enfría y no alimenta a los que lo reciben.

3 Nutrición

El cuerpo se nutre con los alimentos ingeridos. El ser humano espiritual depende de alimento espiritual (Teosofía: “Cuerpo, alma y espíritu”). Una buena conferencia o conversación nos puede llenar de bienestar y satisfacción interior, en particular si incluye los dos elementos antes mencionados: la respiración en forma de diálogo entre dos personas sobre un tema concreto, y la calidez que puede haber entre las dos personas en el interés mutuo en las ideas del otro. La sed física tiene su contraparte en la sed por entender las cosas.

En cuestiones de nutrición ideica, tengo cierta libertad de preselección: voy a dejar que esta idea o esta imagen entre en mí, pero esta otra, no. En la respiración ideica, tengo menos libertad de elección: igual que normalmente tengo que respirar el aire de mi entorno, normalmente tengo que escuchar lo que me dice otra persona.

4 Asimilación 

Entre las percepciones y sensaciones que venimos recibiendo y que penetran en nosotros, tenemos que hacer una selección de lo que es saludable para nosotros o lo que no. Tenemos que saber qué queremos asumir y asimilar en nuestra concepción del mundo. Tenemos que aceptar que entren alimentos sensoriales y anímicos en nosotros y al mismo tiempo saber que (ya) no nos hacen falta, que tienen que quedar fuera de la cuidadosa construcción conceptual del mundo.

5 Conservación

No podemos conservar lo cuidadosamente construido en nuestra concepción del mundo sin disponer del instrumento de la memoria. Sin ella no podemos conservar nuestra identidad. En este contexto Rudolf Steiner menciona entre otras cosas, la relación entre la facultad recordativa y la facultad afectiva/amorosa. En su dependencia mutua conforman algo que podemos llamar amor a las ideas, sabiendo que tienen un valor espiritual digno de ser comunicado a otros, sobre todo en forma de sabiduría adquirida a lo largo de la vida.

6 Crecimiento

Aquí se trata de seguir construyendo todo lo acumulado e incorporado en nuestra memoria y nuestro ser a través de las etapas anteriores.

El camino del conocimiento no es un proceso de aprendizaje y memoria mecánicas; en el sentido de la ciencia Antroposófica, el conocimiento es aprender, conservar, contrastar con lo que se puede observar en la realidad, incluir lo nuevamente percibido como afirmación, consolidación y/o ampliación, y así seguido, en un proceso en el que nunca podemos decir “ya lo sé”. Incluso en el caso de que tuviéramos la sensación de “ya lo sé, ya lo he entendido”, no por eso guardaremos las ideas para nosotros. Podemos consolidar y desarrollar nuestro ideario interior con el propósito adicional de ordenarlo de una manera que sea fructífero para los demás, con la mirada puesta en la etapa siguiente (el proceso vital de la “reproducción”), la de dejar que crezca algo nuevo en nosotros para el mundo.

Posiblemente tenemos la sensación de haber crecido y madurado por el esfuerzo de entender una cosa que, en un momento anterior, nos pareció imposible de entender.

7 Reproducción

La reproducción de un contenido no se limita a copiar y pegar o reproducir algo de la memoria. El sentido de la reproducción viva es volver a pronunciar lo aprendido en pensamientos propios y palabras propias. La reproducción natural produce la misma cosa idéntica. La reproducción de una idea, precedida por un proceso de asimilación, cultivación y desarrollo, es a la vez una producción nueva en cualidad, ampliación y transformación.

 

Calor, calidez, amor. a lo largo de los procesos vivos del pensamiento

A lo largo del proceso completo de los siete procesos del pensamiento es interesante observar la obvia correlación con el orden de los siete procesos vitales. Pero no por eso el pensamiento es un proceso enteramente natural, ya que la actividad pensante depende del esfuerzo puesto en él; los impulsos de voluntad necesarios dependen de la base vital del organismo humano, pero no son reducibles a ella. Dentro de lo que el pensamiento recibe, devuelve y construye, la actividad propia empieza con el proceso de calor/calentamiento, pero no de un calor entendido como fuerza del mundo físico; es decir, el Yo puede desarrollar un pensamiento sobre el mundo que empieza con el cálido interés en el mundo del que el pensamiento recibe su nutrición en forma de las percepciones sensoriales; y este calor se mantiene hasta el entusiasmo de desarrollar ideas nuevas.

 

En “analogía”, los procesos vitales de la respiración y nutrición son más saludables para el organismo humano si es adecuado el grado de calor del aire respirado o de los alimentos ingeridos. En “analogía” continuada en los procesos subsecuentes o “superiores” del pensamiento (los del recordar, cuidar y desarrollar los conceptos e ideas, en afinidad con los procesos vitales de mantenimiento, crecimiento y reproducción), el calor sigue siendo presente en forma del amor a la realidad de las ideas, de su valor de orientación, pero también el impulso amoroso de poner nuevas ideas en el mundo y compartir su verdad con los demás. En cuanto a la cualidad de calor del pensamiento, podemos observar, tanto en el pensamiento propio como en el ajeno, si el pensamiento es de cerebro y de luz fría, o bien producto del ser humano entero; si una enseñanza es teoría “interesante” o de inspiración viva.

Los pasos vitales del pensamiento en su dependencia con la voluntad amorosa y el pensamiento libre, Rudolf Steiner los había descrito ya de forma rudimentaria en la “Filosofía de la Libertad” y los desarrolló posteriormente bajo los aspectos ulteriores de la ciencia esotérica. En la siguiente cita, habla del amor al conocimiento desinteresado y a la vida de las ideas.

“El amor sacrificado hace libre al ser humano; sin embargo, el amor sacrificado también hay que educarlo para que sea una fuerza para el conocimiento. Solo de ser así podremos colmar con el amor emergente lo que hayamos logrado mediante la fuerza recordativa desarrollada. Porque mientras la fuerza cognitiva ulteriormente desarrollada nos da una idea de cómo el ser humano libera las fuerzas anímicas de su condición física, la fuerza afectiva espiritualizada nos da una idea correcta de lo anímico-espiritual en nosotros. Y cuando lo que se alcanza con la fuerza del amor se une con lo que se alcanza con la fuerza recordativa, nuestra concepción de lo anímico-espiritual se hace más amplia. “

La ciencia espiritual antroposófica y las grandes cuestiones de la civilización actual, Amsterdam, 19 de febrero de 1921, GA 80c

 

El efecto social de ideas amorosamente desarrolladas con el objetivo de compartirlas con el mundo, Rudolf Steiner lo describe como sigue, caracterizando una relación directa entre el proceso vital del calor y la relación sentida con el mundo de las ideas e ideales.

"Si una persona se entusiasma por un ideal moral elevado, el entusiasmo interior ejerce una influencia sobre el organismo cálido. ¡Con lo cual ya estamos entrando en lo físico-corporal, desde el alma! … Los ideales morales se expresan con el aumento del calor en el organismo calórico. – Lo que experimenta el ser humano en términos de ideales morales, no solo produce calor anímico en él, sino también, aunque esto no sea tan fácil de demostrar con ningún instrumento físico, proporciona calor al cuerpo."

Rudolf Steiner, El puente entre la espiritualidad cósmica y lo físico del hombre, décima conferencia, GA 202

Innecesario decir, esta experiencia individual se puede ampliar a contextos sociales. Una cultura de pensamiento, educación y filosofía que, por ejemplo, da cabida a los ideales sociales (los ideales de libertad, igualdad, fraternidad, junto con la continua cuestión sobre las condiciones de dignidad y vida digna en la sociedad) aporta calor al cuerpo social, y es justificado establecer cierta “analogía” entre la función del calor para la salud del organismo natural y del organismo social. Dentro de todo pensamiento social, es fácil que, en las tendencias del nuestro modo moderno y abstracto de pensar, nos olvidemos literalmente del ser humano. El interés por los grandes ideales sociales puede adquirir una conexión más cálida todavía; por ejemplo podemos preguntarnos en qué medida nos afecta si una persona no dispone de libertad dentro de la vida cultural-científico-espiritual.

 

Pensamiento social abstracto y congelado

Si es verdad que la vida del pensamiento puede adquirir una cualidad cálida o bien fría, las consecuencias de un pensamiento abstracto y frío en lo social pueden ser graves. Un pensamiento político-estratégico, por ejemplo, puede tener características como las siguientes, diferenciadas de acuerdo con los siete procesos vitales:

  1. Me intereso por los datos científicos y estadísticas con los que puedo dar alimento a los objetivos que tengo.
  2. Respiro en el diálogo con círculos de confianza de los que sé que piensan igual.
  3. No acepto sensibilidades, que en todo caso serán excepciones.
  4. Sigo el probado método de análisis y síntesis de conocimientos existentes. Construyo términos técnicos míos (stakeholder, gobernanza, …) y desconsidero los conceptos incompatibles con los míos.
  5. Justifico y cemento los puntos de mi agenda en la memoria, y los comunico de forma recurrente.
  6. Amplío el conjunto de estándares del pensamiento correcto para construir un edificio ideológico perfecto.
  7. Publico mis nuevos dogmas a todo el mundo.

 

Fuerzas de deconstrucción en el organismo humano y en la sociedad

“El espíritu se desenvuelve en el ser humano no sobre la base de procesos materiales anabólicos, sino sobre procesos catabólicos. Allí donde en el hombre debe actuar el espíritu, la sustancia debe retirarse de su actividad.

Dentro del cuerpo etéreo el pensar no se produce en base al obrar de la naturaleza etérea, sino sobre la base de la desintegración misma. El pensar consciente se realiza, no en proceso de estructuración y crecimiento, sino en los opuestos, de desintegración y marchitamiento y muerte, los que constantemente se hallan comprendidos en los procesos etéreos.”

Rudolf Steiner e Ita Wegman, Fundamentos para una Ampliación del Arte de Curar, 1924, GA 27.

 

En el contexto amplio social, Rudolf Steiner comenta en torno a la importancia de adquirir conciencia de las fuerzas de deconstrucción que actúan en el ser humano, en el mundo y en la sociedad:

“Las fuerzas constructivas vitales suelen ser las primeras de las que nos queremos ocupar. [...] Pero en el mundo no solo existen la evolución y construcción, también existen la involución y degradación. Nosotros mismos llevamos la degradación en nosotros. Nuestro sistema nervioso desarrollado, el sistema cerebral, está en proceso de constante degradación. La degradación es parte del mundo. Es la responsabilidad del ser humano familiarizarse con estas fuerzas de desvitalización y necrotización. Sin prejuicio e imparcialidad, debe decirse a sí mismo: en el camino que recorremos en la época en la que el alma consciente debe despertar plenamente, entran más que nunca en acción las fuerzas de desvitalización y necrotización.”

Rudolf Steiner, La exigencia social fundamental de nuestra época, octava conferencia, 13 de diciembre de 1918, GA 186.

 

Como Rudolf Steiner comenta en la época después de la Primera Guerra Mundial, el despertar tiene que producirse a través de condiciones externas, producto de “fuerzas de desvitalización y necrotización”, pero también del pensamiento abstracto y muerto que ha producido la realidad social.

“Las fuerzas de desvitalización y necrotización  … a veces “se concentran y condensan” de manera experimentable en el mundo exterior:

“Lo más íntimo del ser humano, el pensamiento autoconsciente, maduró y prosperó por los procesos mortales de la tecnología moderna, la industria moderna y el contexto financiero moderno.”

Rudolf Steiner, Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social, quinta conferencia, GA 185a

Conclusiones

Si es cierto que la conciencia humana se produce gracias a un proceso de destrucción dentro del organismo humano, y si es verdad que el mismo proceso de despertar se produce en la realidad externa (en “los procesos desintegradores de la tecnología  moderna, la industria moderna y el contexto financiero moderno” que en extremis resulta en los objetivos industria bélica moderna), el Yo humano, responsable de sus pensamientos, tiene la tarea de comprobar si estos son vivos o muertos, si aportan vida a la vida, o si la quieren atar y dominarla.

 

En un contexto social más amplio, es importante percibir si un pensamiento ajeno (político, científico, etc.) es por ejemplo de estrategia fría o de filantropía calculada, o, por el contrario, de cálido entusiasmo por una causa determinada.

 

El conocimiento de los procesos vitales y los procesos opuestos, los de generación de conciencia, podrían ser un elemento clave dentro del desarrollo de una conciencia general en asuntos de la salud tal como Rudolf Steiner lo esbozó en su conferencia fundamental “La higiene como cuestión social” (véase en esta página web: “La salud como cuestión social”), mencionando la posibilidad y necesidad de una educación e ilustración general en asuntos de la salud.

El objetivo de tal educación sería producir una conciencia y reconocimiento de la existencia de las fuerzas desintegradoras y destructivas en la sociedad.

La trimembración no da recetas para la solución de problemas y crisis sociales, pero da una orientación para evitarlas desde el principio. Este principio no es dogmático sino basado en el conocimiento del ser humano; parte de él es la naturaleza del pensamiento en relación con los procesos de vida y muerte.

“Querer adiestrar la vida a partir de ideas abstractas, […] todos los impulsos que introducimos en la vida social llevan al mismo tiempo en sí sus fuerzas destructivas. Esto hace necesaria una continua atención curativa en el organismo social.”

Rudolf Steiner, Polaridad mundial entre occidente y oriente. Vías para comprenderla mediante la Antroposofía, décima conferencia, Viena, 11 de junio de 1922, GA 83

Una “continua atención curativa” solo se puede producir en una vida cultural-espiritual libre, capaz de percibir y contrarrestar los posibles procesos fríos en el organismo social.

 

Véase también en los Artículos de esta página web:

Salud y enfermedad. Fuerzas de construcción y deconstrucción en los organismos humano y social

 

Véase también en el Glosario de esta página web:

Crisis sociales – Diagnóstico

Crisis sociales – Terapia

Dignidad del ser humano

Dignidad humana y trabajo

Dignidad, valor y amor humanos

Derecho y corazón

Ley social fundamental

Organismos humano y social -- construcción y deconstrucción

 

Autor y traductor: Michael Kranawetvogl