La comparación del organismo humano con el organismo social no puede quedar en mera analogía teórica. Sin embargo, tal comparación tiene máximo sentido para el entendimiento del enigma de que en ambos organismos actúan procesos que aportan vida y otros que son mortíferos. Rudolf Steiner habla de fuerzas de ascenso y descenso/decadencia, de degeneración y regeneración, de atenuación y vitalización..