Rudolf Steiner y la superación del nacionalismo - Una biografía

De Sylvain Coiplet

El enfoque de la trimembración social nace en un escrito tardío de Rudolf Steiner: ‹Los puntos centrales de la cuestión social›. Allí rompe con gran parte de lo que hoy sigue vigente en el pensamiento de la mayoría de las personas, pero tampoco se adapta a lo que sus antiguos seguidores esperaban de él. A lo largo del libro no hay ni una palabra sobre el esoterismo. Tiene la misma sobriedad que su escrito temprano, ‹La Filosofía de la Libertad›. Solo que ahora enseña cómo esta libertad se puede realizar en un contexto social, cómo ella misma puede adquirir un carácter social sin perderse por ello. El resultado es una filosofía de la libertad, igualdad y fraternidad.

Una preocupación principal de ‹Los puntos centrales de la cuestión social› es la superación del nacionalismo. Los primeros enfoques iniciales para esta superación ya existen en los escritos tempranos de Rudolf Steiner. Mucho de lo que insinuó en ellos lo expone de manera más comprensible en su obra posterior. Entonces uno puede preguntarse por qué Rudolf Steiner tarda tanto en llevar sus ideas a la madurez. ¿Es sólo debido a su propio desarrollo o a circunstancias externas? Aquí vale la pena echar un vistazo a su biografía.

Austria-Hungría y el problema de las nacionalidades

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Rudolf Steiner nació en 1861 en Kraljevec, un pueblo que entonces pertenecía al territorio de Austria-Hungría, y más tarde al de la ex-Yugoslavia. Esta circunstancia geográfica nos dice mucho acerca de la juventud de Rudolf Steiner. Vivió en un territorio estatal en el que la convivencia de diferentes culturas creó muchos problemas sociales. Esta experiencia personal («observando la situación extremadamente complicada») fue uno de los elementos que más tarde condujo el pensamiento social de Rudolf Steiner a la necesidad del enfoque de la trimembración social.

Rudolf Steiner mismo se inclina claramente hacia la cultura alemana. Desde 1879, Julius Schröer, uno de sus profesores, atrae su atención hacia la obra literaria de Goethe. Más tarde en 1890, Rudolf Steiner se instaló a Weimar para editar las obras científicas de Goethe. En estos tiempos ya había llegado a la convicción de que el ser humano es fisiológicamente trimembrado. El cerebro no es el centro del ser humano en absoluto. Éste sólo es el centro de la organización de la cabeza y del pensamiento, pero no del sentimiento ni de la voluntad. El sentimiento tiene su origen en la organización rítmica de respiración y circulación. La voluntad proviene de la organización de las extremidades. Pues el ser humano consta de estas tres organizaciones independientes. Cuando Rudolf Steiner después habla del «organismo social», lo hace con la misma convicción. La vida social no se puede construir desde una sola organización central. Debe tener una estructura trimembrada. Por eso la noción del organismo es opuesta a la de centralismo. Esta idea política es el resultado indirecto del estudio de la constitución humana.

Rudolf Steiner necesitaría más de treinta años para elaborar por completo su idea del ser humano trimembrado. El enfoque de la trimembración social nace de un interés muy fuerte ​​en las cuestiones sociales de su tiempo.

Antes de la época en Weimar, Rudolf Steiner ya se expresa a favor de una cooperación cultural de todos los alemanes. Con Julius Schröer comparte la misma visión de las almas de los puebloS. Para ambos, no es una idea abstracta sino un ser espiritual real que actúa en los habitantes que a él pertenecen. El alma de pueblo sigue siendo una idea abstracta mientras se considerEn exclusivamente las características comunes de estos habitantes. Pero dejando aparte las peculiaridades comunes, el alma del pueblo se puede concebir como entidad cuya acción también depende de las circunstancias externas. De particular interés es la cuestión de la interacción con otras almas de pueblo. En este contexto, Schröer investigó los diferentes dialectos alemanes con la intención de saber cómo la lengua alemana se adopta en regiones eslavas, magiares e italianas. Esta investigación en las diversas almas de pueblo de Austria fue decisiva para conducir el interés de Rudolf Steiner hacia "los asuntos públicos".

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Aquí surge el mismo problema que durante el periodo de la Primera Guerra Mundial: tanto ahora como entonces Rudolf Steiner menciona a Goethe como modelo para la cultura alemana. En este aspecto Steiner no hace concesiones. Pero lo hace con ánimo de alentar, no de menospreciar.

En Weimar, Rudolf Steiner se encuentra con un tipo muy diferente de internacionalismo que en Austria. Es un punto de encuentro para personas de todo el mundo, e incluso hay interés en Goethe y su entorno. Allí conoce a Hermann Grimm, un intelectual convencido de que Estados Unidos se tornará cada vez más alemán por sus inmigrantes alemanes. A raíz de sus experiencias en Austria, Rudolf Steiner no comparte esta ilusión, al contrario, afirma que lo alemán asimila las condiciones de otras culturas. Rudolf Steiner considera al mismo Hermann Grimm el mejor ejemplo, ya que su estilo de redacción lo debe a un escritor estadounidense.

El antisemitismo y el nacionalismo como humillación del espíritu

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Tras su traslado a Berlín, Rudolf Steiner se compromete decididamente contra el antisemitismo. En el caso Dreyfus, en oposición a los antisemitas, Rudolf Steiner mantiene que Dreyfus no puede ser culpable solo por ser Judío. Rudolf Steiner no aboga por Dreyfus por simpatía personal. Como chovinista de mente estrecha, más bien le provoca cierta antipatía. Pero este rasgo demuestra precisamente su inocencia. Las constituciones nacionales de hoy, por desgracia, no consideran que los jueces también pueden o deben ser psicólogos. como consecuencia es fácil que se dejen manipular con evidencia falsa para condenar como traidor a un acusado como en el caso Dreyfus, aunque él sea incapaz de cometer tal crimen. Este es un buen ejemplo de cómo Rudolf Steiner va más allá de la doctrina convencional de la separación de poderes. Para él, la institución de jueces de por vida no es el camino correcto hacia SU independencia política. Ante todo necesitan experiencia de vida.

La revista adquirida por Rudolf Steiner en Berlín perdió en pocos años la mayoría de sus suscriptores. Rudolf Steiner mencionó más tarde los motivos de un profesor universitario para darse de baja .

«Por la presente de una vez por todas me doy de baja en la suscripción de la ‹Revista de literatura›, porque no aguanto en mi biblioteca un órgano que defiende al judío Emile Zola, un traidor de su país.»

Pero también Theodor Mommsen debe encajar la crítica de Steiner, a pesar de que no es antisemita. Mommsen ha llamado a los austro-alemanes a la unidad. Pero a esta unidad él no sabe darle ningún contenido. La defensa de la nacionalidad alemana será perjudicial siempre que sea un fin en sí misma. Los alemanes deberán convenir una Constitución que, entre otras cosas, permita la coexistencia de múltiples nacionalidades. Sólo entonces podrán tener de nuevo un significado político pese a su posición minoritaria. Lo que Rudolf Steiner pretendía para la Constitución, se pone de manifiesto claramente en el posterior movimiento para la triformación. Allí finalmente formuló las condiciones para la coexistencia pacífica de las múltiples culturas: "Las gentes de una región lingüística no entran en conflicto artificial con las de otra, si no usan la organización del Estado o la violencia económica para afirmar su propia cultura."

La Internacional de los trabajadores y los teósofos

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En Berlín dos círculos diferentes se acercan a Rudolf Steiner: los trabajadores en 1899 y los teósofos en 1902. Es difícil de imaginar un contraste más fuerte . Lo único que comparten los dos grupos es su mentalidad internacional; una mentalidad que Rudolf Steiner usa como punto de partida.

En la escuela de formación profesional para trabajadores en Berlín, Rudolf Steiner imparte clases de historia universal. No contento con enseñar hechos de la historia económica, lo que Rudolf Steiner ofrece es una historia de avances y retrocesos de la libertad. Pero no puede seguir con las clases más allá de la época de la Edad Media. A pesar del apoyo de los trabajadores, los directores marxistas despiden a Rudolf Steiner porque no están de acuerdo con sus conceptos de la libertad. Poco después aprovecha otras ocasiones para exponer el contenido esencial de su enseñanza: La Edad Media contiene muchos impulsos hacia la fraternidad económica, que sin embargo fueron imposibilitados por el centralismo del Estado y la Iglesia. Steiner explica que lo que llevó a esta doctrina jurídica del centralismo no era otra cosa que la falta de libertad espiritual. Pronostica que, sin libertad espiritual, el movimiento de los trabajadores no alcanzará la fraternidad en lo económico, y que no superará el nacionalismo, sino al contrario, hará que éste siga vigente.

Al mismo tiempo Rudolf Steiner intenta despertar también en los teósofos el interés por los temas sociales. Él no tiene que irse, pero no encuentra ningún tipo de repercusión, por lo que decide dejar de tratar estos temas, igual que renuncia a continuar con una serie de ensayos sobre la economía de la división del trabajo en 1905, comentando que éste solo significaría un desperdicio de papel. En 1914 sus advertencias por la sobreproducción mundial de productos industriales pasan desapercibidos. Por lo tanto, Rudolf Steiner se centra en las necesidades de los miembros de la Sociedad Teosófica, cuya primera inquietud fue que Rudolf Steiner les explicase las Escrituras Sagradas. Las cuestiones sociales y políticas que de este modo pasaron a segundo plano, las vuelve a introducir de manera indirecta. Hablando de la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, especialmente en sus conferencias sobre el Evangelio de Juan, indica la misión del Cristo como representante de la individualidad frente a los vínculos de nacimiento y sangre del Antiguo Testamento. Sólo este individuo es capaz de encontrar el espíritu que lo vincula a toda la humanidad.
Aquí Rudolf Steiner recoge de nuevo la idea que en 1894 ya fue decisiva en su Filosofía de la Libertad. Porque la aparición del Cristo solo es posible por una síntesis de las culturas anteriores. Pero esa no es la suma de sus similitudes. Más bien al contrario, se unen sus diferencias. Este es un ideal del que Rudolf Steiner ya había hablado en 1892. La inclinación de los teósofos por culturas antiguas y ajenas proporciona un punto de enlace para acercarlos a estos temas.

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Con el principio de la libertad individual, Rudolf Steiner muestra alternativas al principio de comunidades nacionales fundamentadas en la consanguineidad. Pero los líderes de los movimientos obreros rechazan la libertad individual; los teósofos no están interesados ​​en la fraternidad económica. Las ideas de la trimembración social no encuentran acogida por falta de un público interesado en todos los aspectos. Rudolf Steiner, por tanto, no llega a dar a conocer sus ideas sociales en su contexto más amplio.

En 1910, Rudolf Steiner hace otro intento más de despertar el interés social de los teósofos. Para este fin escoge el tema de las almas de los pueblos como punto de partida para convencer así a los teósofos de la necesidad de la trimembración social. Pero este nuevo intento también lleva a otro fracaso. Sus conferencias sobrelas almas de los pueblos tienen una repercusión muy escasa. De todos modos son cruciales para el modo en que Rudolf Steiner desarrollará sus respuestas frente al nacionalismo. De hecho el estudio de las almas de los pueblos despierta todavía más su interés por los temas sociales.

¿Cómo las almas de los pueblos pueden ser el punto de arranque para la trimembración social? En 1910 Rudolf Steiner dice:

«Es de especial importancia [...] que también en nuestros tiempos hablemos con naturalidad e imparcialidad sobre lo que llamamos la misión que tienen las distintas almas de los pueblos para la humanidad [...] porque los próximos golpes del destino de la humanidad conducirán a los hombres, en un grado mucho mayor de lo que ha sido hasta ahora, a una misión común para la humanidad (texto resaltado y omisiones por Rudolf Steiner)».

Al escuchar a Rudolf Steiner hablar de la unión de los pueblos en una misión común, muy pocos teósofos habrán pensado en la tendencia hacia la economía mundial, o a lo que hoy se llama globalización. Por otro lado, la «imparcialidad» de que habla Rudolf Steiner incluye el reconocimiento de la cultura oriental, donde todavía actúan vestigios de las grandes civilizaciones. Este es un aspecto totalmente al gusto de los miembros de la Sociedad Teosófica. Rudolf Steiner dirige también la atención a las almas de los pueblos europeos, hablando por ejemplo de la misión mundial del pueblo inglés. Para gran parte de los teósofos probablemente esto era demasiado moderno.

En enero de 1918, Rudolf Steiner tiene una conversación con Max von Baden, quien poco después iba a ser Canciller alemán por un corto periodo de tiempo. Éste muestra un interés en una psicología de los pueblos, lo que anima a Rudolf Steiner a imprimir sus conferencias del año 1910 y enviarle un ejemplar. Más tarde se muestra desilusionado de que Max von Baden, leyendo estos escritos, no se hubiera convencido de la necesidad de la trimembración social.

En aquella época, el mundo occidental despreciaba a las culturas orientales por su retraso tecnológico, estimando que la propia cultura era superior a las demás. Fijado en los logros en el campo de tecnología y economía, la única pretensión del mundo occidental fue la de tener relaciones económicas y comerciales con Oriente. Debido a esta actitud, el mundo occidental recibe a su vez el menosprecio de Oriente, incluso en países como Japón que se entusiasmaron con la tecnología occidental. La consecuencia de este mutuo desprecio cultural puede llegar hasta la guerra entre los estados. Entre los dos frentes se encuentra la Europa central, fácilmente desbordada con la tarea de mediar y crear un equilibrio entre ambos.

La intención que Rudolf Steiner persigue con la psicología de los pueblos no sólo es la de señalar los problemas de una futura globalización. En repetidas ocasiones hizo hincapié en que era poco serio hablar de las almas de los pueblos sin incluir la idea de la reencarnación. Cada persona en el tiempo va pasando por distintos pueblos, ya sea por el interés en otras culturas o en la sucesión de sus reencarnaciones. Esta es la base de cualquier forma de individualismo. El Yo individual se eleva sobre un pueblo del mismo modo que se eleva sobre una vida en particular. Por eso cada ser humano puede tener la sensación de ser una minoría cultural. La vida espiritual solo puede tener en cuenta este hecho cuando se asienta, sin ningún tipo de concesión, en la libertad individual. Por eso la libertad es uno de los principales objetivos del movimiento para la trimembración social.

 

Los tiempos de trimembración social y los tiempos posteriores

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En mayo de 1917, en medio de la Primera Guerra Mundial, un diplomático alemán se dirige a Rudolf Steiner pidiendo su consejo. Por primera vez le es posible a Rudolf Steiner presentar sus ideas sociales en un gran conjunto y no por separado. En julio de 1917, redacta un memorándum para los gobiernos de Alemania y Austria, en el que se expone con toda claridad la idea de la trimembración social. Este memorándum no es bien acogido por los gobiernos, bien por no comprender su sentido o bien por no tenerlo en cuenta en el momento decisivo.

Mientras tanto, Rudolf Steiner ha sido expulsado de la Sociedad Teosófica. Para los teósofos que siguen interesados ​​en su ciencia del ser humano, se funda la Sociedad Antroposófica. Los teósofos se convierten en antropósofos. Pero el desinterés por los temas sociales sigue SIENDO el mismo. Con su enfoque de la trimembración social, en la mayoría de la sociedad, Rudolf Steiner encuentra oídos sordos.

Durante el periodo de la revolución alemana, el movimiento de los consejos de 1919 da una nueva oportunidad para dar a conocer el enfoque de la trimembración social. Sin embargo, fracasa el proyecto de crear una red de los consejos de obreros, así como el plan de complementarlo por un consejo cultural internacional. Más éxito tiene la iniciativa de crear una escuela libre, que se ha convertido en el punto de partida del actual movimiento educativo Waldorf. En 1921 Rudolf Steiner se opone públicamente al plan de anexar la región de Alta Silesia a Alemania o a Polonia, proponiendo que esta región siguiese siendo autónoma y que, en el sentido de la trimembración social, facilitase la superación de las tensiones nacionales vigentes entre Polonia y Alemania. Hay no existían perspectivas de éxito para los intentos de la Unión para la Trimembración Social. Por otro lado los intentos fracasados condujeron a que Hitler reconociera en Rudolf Steiner un adversario peligroso. Si Rudolf Steiner hubiera tenido el éxito suficiente como para difundir más ampliamente las ideas del la trimembración social, se habría privado de todo terreno al incipiente movimiento nazi.

Visto que las ideas de la trimembración social eran difíciles de difundir en su tiempo, los responsables del movimiento de la trimembración social decidieron hacer lo posible para que estas ideas por lo menos pudieran seguir siendo profundizadas. En 1922 Rudolf Steiner acoge la petición de un grupo de estudiantes de impartir un curso de economía política. Mas en lugar de la economía política, Rudolf Steiner habla de la economía mundial, complementando así su filosofía de la libertad con una filosofía de la fraternidad.

 

 

Enlaces relacionados

Los puntos clave de la cuestión social (Die Kernpunkte der sozialen Frage Rudolf Steiner, 1919)


Rudolf Steiner sobre el nacionalismo y las almas de los pueblos (Rudolf Steiner über Nationalismus und Volksseelen). Una colección de citas (Rudolf Steiner über Nationalismus und Volksseelen - Eine Stellensammlung (Sylvain Coiplet, 1999)


La trimembración social - Un enfoque contrapuesto al nacionalismo (Die soziale Dreigliederung - Ein Gegenentwurf zum Nationalismus Sylvain Coiplet, 1997)


Anarquismo y trimembración social - Una Comparación (Anarchismus und soziale Dreigliederung - Ein Vergleich (Sylvain Coiplet, 2000)