Índice
Fe en el Estado, falta de fe en uno mismo
La realización de los ideales sociales se delega al Estado
El Estado unitario imposibilita la realización del los ideales sociales
El ídolo de Estado unitario
Estado y pueblo
Hoy el Estado unitario se entiende como un Estado que reúne su poder en un solo centro de autoridad. Rudolf Steiner empleó este concepto para referirse a la acción estatal que tiene como objetivo controlar la educación y el ámbito cultural-espiritual y toma medidas intervencionistas en el ámbito económico.
Cuando hace 100 años, Rudolf Steiner analizó las causas del desastre de la Primera Guerra Mundial, no interpretó los sucesos que condujeron a ella los viejos hábitos del pensar social, y en particular la fe en el Estado Unitario: el Estado cuya acción no se limita al ámbito que le incumbe, el de las leyes y el derecho, sino también se ocupa de controlar el ámbito cultural-espiritual, por ejemplo con sus normas de educación, e intervenir en el ámbito económico, por ejemplo con medidas para garantizar el poder económico estatal a través de las subvenciones para ciertos sectores de la economía.
Para Steiner, la intromisión del Estado en el ámbito económico y en el ámbito cultural fue la causa principal del desastre social. De ahí, Steiner planteó que el organismo social solo podía funcionar saludablemente con la absoluta autonomía de la vida cultural-espiritual, incluyendo la educación, la medicina, la agricultura, la representación de valores éticos, medioambientales, etc..
Fe en el Estado, falta de fe en uno mismo
En el diagnóstico de Rudolf Steiner del estado anímico social de su tiempo (en particular de la época de posguerra) destacan la fe en el Estado unitario patriarquista que se siente responsable de los tres ámbitos sociales, como contraimagen del organismo social único compuesto de tres ámbitos sociales, de los que el Estado (el ámbito jurídico-político) es uno de los tres miembros.
“¿Cuáles fueron las razones de este error fatal? Esta pregunta es importante que induzca a una cavilación en las almas del conjunto del pueblo alemán. Su existencia dependerá de si ahora tiene o no, la fuerza para auto-reflexión. Su futuro depende de si puede plantearse seriamente la pregunta: ¿cómo caí en el error? Si se plantea esta pregunta hoy, se dará cuenta de que, hace medio siglo, fundó un Reich y no le dio una tarea basada en el ser esencial de este pueblo.”
Rudolf Steiner. El Llamamiento al Pueblo Alemán y al Mundo Cultural, febrero de 1919 (véase en este glosario: Trimembración -- Obra completa de Rudolf-Steiner)
El diagnóstico de Rudolf Steiner sigue válido hasta hoy día. Hasta hoy sigue existiendo la fe en el Estado omnipoderoso. La concepción general del Estado es que tiene la tarea de ocuparse de todo, incluyendo las cuestiones económicas y culturales.
La realización de los ideales sociales se delega al Estado
En el presente, los ideales sociales corren el peligro constante de ser institucionalizados por el Estado. El Estado se encarga de realizar la libertad, igualdad y fraternidad por nosotros. Concede “libertad a la ciencia” pero en realidad no puede hacer otra cosa que sospechar de las “pseudo-ciencias”, de “pseudo-terapias”; el Estado determina lo que es la igualdad (igualdad de género, los mismos derechos), pero sospecha del ciudadano que toma en serio el derecho democrático de expresar su opinión o lanzar una iniciativa ciudadana; el Estado también regula la fraternidad de los ciudadanos mediante los impuestos recaudados, y los gasta acorde con sus propios principios, por ejemplo, con subvenciones “fraternales” para la industria atómica. En otras palabras, el Estado define lo que es la libertad en el ámbito cultural, lo que es la igualdad en el ámbito del derecho, y actúa con su propia definición de la fraternidad/solidaridad en el ámbito de la economía. En este último ámbito la intervención estatal sigue la misma en nuestra sociedad actual, por ejemplo, a través de las subvenciones estatales para ciertos sectores de la economía, en respuesta al cabildeo de la poderosa industria.
Para Steiner, la intromisión del Estado en el ámbito económico y en el ámbito cultural, junto con el consentimiento agradecido de la inmensa mayoría de la población, fue la causa principal del desastre social. De ahí, Steiner planteó que el organismo social sólo podía funcionar saludablemente con la absoluta autonomía de la vida cultural-espiritual (incluyendo la educación, la medicina, la agricultura, la representación de valores éticos, medioambientales, etc.).
“Cuando comenzó el amanecer de los tiempos modernos, las personas que más se entusiasmaban en sus corazones por el progreso de la humanidad civilizada, estaban imbuidas de tres grandes ideales: libertad, igualdad, fraternidad. Estos tres grandes ideales, tienen una connotación extraña. Por un lado, toda persona sana e interiormente valiente siente: estos son los tres grandes impulsos que deben finalmente guiar a la nueva humanidad. Por otro lado, personas muy inteligentes del siglo XIX han demostrado repetidamente la contradicción que existe entre estas tres ideas: libertad, igualdad, fraternidad. Sí, es cierto que hay una contradicción entre ellos; pero no por eso dejan de ser los más grandes ideales.
Se establecen en una época en la que la mirada de la humanidad todavía estaba hipnotizada por el Estado unitario, que ha sido venerado como un ídolo hasta nuestros tiempos. Especialmente aquellos que han hecho del Estado su protector y, a la vez, se han convertido en los protectores del Estado, los llamados empresarios, podrían decir…: "El Estado, mi querido trabajador, es el que abarca todo, el que sostiene todo, ¿no te protege y sostiene a ti, a mí, a sí mismo? - Y subconscientemente podrían pensar: ¡pero especialmente a mí!” - La mirada se dirigió como hipnotizada a este ídolo de Estado unitario. Es cierto que en éste, los tres grandes ideales son contradictorios. Pero los que no se han dejado hipnotizar por el Estado unitario en el campo de la vida espiritual, los que concebían la libertad como yo lo hice en mi libro "La Filosofía de la Libertad", que escribí a principios de los años noventa y que tuvo que aparecer de nuevo justo ahora, en nuestra época de grandes cuestiones sociales, de grandes replanteamientos, éstos sabían que las contradicciones entre los tres grandes ideales sociales sólo se veían, porque se creía que debían realizarse en el Estado unitario”.
Rudolf Steiner, Nueva configuración del organismo social, conferencia del 26 de abril de 1919
El Estado unitario imposibilita la realización del los ideales sociales
“En una organización social abstractamente centralizada, no es posible realizar, indiferentemente, los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, sino que los tres cuerpos sociales han de recibir su fuerza, cada uno del impulso respectivo; y en base a las relaciones recíprocas se hará un trabajo fecundo. La humanidad que hacia fines del siglo XVIII abogó por la realización de las tres ideas: libertad, igualdad y fraternidad, lo mismo que los que más tarde volvieron a exigirla, se habrán formado un vago concepto de las fuerzas evolutivas de la humanidad moderna, mas, por otra parte, no lograron desterrar el postulado del Estado unitario. Dentro de éste, esas ideas resultan contradictorias. Los que abogaron por la realización de lo contradictorio, lo hicieron porque en lo subconsciente de su alma se expresaba lo que tiende a la estructuración ternaria del organismo social, como requisito previo de que las tres ideas llegasen a convertirse en una unidad superior. Los hechos de la vida social del presente exigen, en lenguaje elocuente, que la humanidad moderna conscientemente convierta en voluntad social lo que reside en las fuerzas evolutivas que tienden a la estructuración ternaria del organismo social. “
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social, capítulo II,
El ídolo de Estado unitario
"Se establecen en una época en la que la mirada de la humanidad todavía estaba hipnotizada por el Estado unitario, que ha sido venerado como un ídolo hasta nuestros tiempos. Especialmente aquellos que han hecho del Estado su protector y, a la vez, se han convertido en los protectores del Estado, los llamados empresarios, podrían decir…: "El Estado, mi querido trabajador, es el que abarca todo, el que sostiene todo, ¿no te protege y sostiene a ti, a mí, a sí mismo? - Y subconscientemente podrían pensar: ¡pero especialmente a mí!” - La mirada se dirigió como hipnotizada a este ídolo de Estado unitario. Es cierto que en éste, los tres grandes ideales son contradictorios. Pero los que no se han dejado hipnotizar por el Estado unitario en el campo de la vida espiritual, los que concebían la libertad como yo lo hice en mi libro "La Filosofía de la Libertad", que escribí a principios de los años noventa y que tuvo que aparecer de nuevo justo ahora, en nuestra época de grandes cuestiones sociales, de grandes replanteamientos, éstos sabían que las contradicciones entre los tres grandes ideales sociales sólo se veían, porque se creía que debían realizarse en el Estado unitario”.
Rudolf Steiner, Nueva configuración del organismo social, conferencia del 26 de abril de 1919
Estado y pueblo
"El Estado ”considera un cáncer del cuerpo social que los impulsos de la libertad, igualdad y fraternidad se establezcan desde el seno del pueblo. Quiere coerción en lugar de libertad, división en lugar de igualdad, sumisión en lugar de fraternidad".
Rudolf Steiner, Tratamiento científico-espiritual de las cuestiones social y pedagógica, undécima conferencia, Stuttgart, 23 de abril de 1919, GA 192
Autor: Michael Kranawetvogl