Nacionalismo e internacionalismo

 

Contenido

La superación de lo nacional en el futuro
Nacionalismo y egoísmo
Nacionalismo e “internacionalismo interior”
Economías nacionales e interdependencia económica mundial


La superación de lo nacional en el futuro

En el futuro, dice Rudolf Steiner, el individuo se liberará de la nación en la que nació. El individuo será cosmopolita, las naciones y fronteras nacionales no tendrán más sentido. Empezará una cooperación global fraternal de la humanidad. En el segundo decenio del siglo XX, Rudolf Steiner pronuncia que “en una medida mucho más amplia que nunca, los próximos destinos de la humanidad unirán a los seres humanos en una misión común.”

El nacionalismo, una forma de egoísmo

“El egoísmo humano en sí mismo depende de la convivencia y la cooperación con otras personas. Y gran parte de lo que desarrollamos junto con otras personas se basa en el fondo en el egoísmo y puede ser incluso una de las virtudes más nobles del ser humano. Fijémonos en el amor maternal: ciertamente se basa en el egoísmo de la madre, pero tiene el efecto más noble en la convivencia de la humanidad.

De esta forma, lo que se funda en el egoísmo, por el hecho de que el ser humano necesita al ser humano precisamente para mantener su egoísmo, se extiende a la convivencia en la familia, se extiende a la convivencia en grupos, se extiende a la convivencia en la nación, en el pueblo. Y la forma en que el ser humano se encuentra a sí mismo en el pueblo, en la nación, no es otra cosa que un reflejo de lo que surge de su propio egoísmo. En el amor a la patria, en el patriotismo, el egoísmo se eleva ciertamente a un alto nivel, se ennoblece, hasta aparecer como un ideal, y con todo derecho. Pero este ideal tiene sus raíces en el egoísmo humano [individual]".

Rudolf Steiner, El futuro social, sexta conferencia, Zúrich, 30 de octubre de 1919, GA 332a

 

Nacionalismo e “internacionalismo interior”

"Otra cosa muy distinta es lo que se desarrolla en la naturaleza humana en forma del internacionalismo. Nos convertimos en nacionales por el hecho de que el nacionalismo brota de nuestra propia naturaleza personal. El nacionalismo es fruto del crecimiento del individuo ligado a su pueblo o etnia, ya sea por lazos de sangre o a algún otro elemento común.

El internacionalismo es de otro tipo distinto. El internacionalismo puede compararse más bien al sentimiento que adquirimos al contemplar la hermosa naturaleza, un sentimiento que provoca en nosotros la sensación de amor, de devoción y veneración, causada por el hecho de que hemos observado una cosa con atención y de entregarnos a ella en libertad. A medida que crecemos en nuestro propio pueblo, porque en cierto modo somos un miembro de él, vamos conociendo a los demás pueblos. Ellos ejercen sobre nosotros un efecto, me gustaría decir, indirecto de reconocimiento y comprensión. Poco a poco aprendemos a amarlos con comprensión, y en la medida en que podemos amar con comprensión a la humanidad en sus diversos pueblos, en sus diversos ámbitos, en esa medida crece nuestro internacionalismo interior.

Son dos fuentes bien diferentes que en la naturaleza humana que, por un lado, subyacen al nacionalismo y, por otro, desembocan en el internacionalismo. El nacionalismo es la forma más elevada del egoísmo. El internacionalismo es lo que nos penetra cada vez más si alcanzamos una concepción comprensiva de la humanidad. Es bajo esta luz que debe contemplarse la coexistencia humana en todo el mundo civilizado, especialmente si queremos llegar a una comprensión correcta de lo que choca en el internacionalismo y el nacionalismo.”

Rudolf Steiner, El futuro social, sexta conferencia, Zúrich, 30 de octubre de 1919, GA 332a

 

Economías nacionales e interdependencia económica mundial

“La característica más importante de la actualidad es que las personas están prácticamente colmadas de egoísmos, y que cuando hablan de exigencias sociales, en el fondo se refieren a la búsqueda de la mejor forma de dar sostén al egoísmo dentro de la sociedad. La gente habla de la vida social, pero en el fondo quiere decir ”vida egoísta”. Quieren una vida social tal que el egoísmo pueda desarrollarse cómodamente en ella.
No era del estilo de la “trimembración del organismo social” hablar así. No podía hablar del paraíso en la Tierra. Esto más bien es propio de los Lenin, Trotski y demás. La trimembración social sólo puede hablar de lo que es orgánicamente posible en el cuerpo social, de lo que es viable, de lo que puede suceder, de lo que puede tener lugar. Y a eso es a lo que debemos llegar. Porque si queremos alcanzar ilusiones y luchar por ilusiones, no podremos avanzar en absoluto.
 
Debemos adquirir el hábito de no mirar toda la vida desde un principio abstracto, el hábito de mirar los detalles de la vida con plena implicación, independientemente de que parezcan pertenecer enteramente a las cosas espirituales o de que parezcan pertenecer enteramente a las cosas materiales. Hay que reconocer que se ha producido un gran cambio, en el que la vida económica del mundo entero se convirtió, por así decirlo, en un solo cuerpo, y la humanidad no fue capaz de comprender y asumirlo. Sobre estos hechos se ha hablado mucho, pero no han sido interiormente comprendidos. Es cierto que se ha publicado mucho sobre la economía mundial, pero todo eran frases huecas, porque este discurso sobre la economía mundial, esta visión de la economía mundial, no siempre han sido digeridos.
 
Y a raíz de ello se ha producido una situación en la que la humanidad se ve empujada a la economía mundial, pero sin entender cómo organizar su vida en consecuencia, y ahora vive en un mundo que levanta barreras sobre barreras, que quiere preservar de la manera más terrible unas economías nacionales imposibles, mediante todo tipo de barreras, barreras arancelarias, aduaneras y otros más, con el objetivo de preservar algo que en el fondo hace tiempo que dejó de existir.”
 
Rudolf Steiner, La responsabilidad del hombre en la evolución del mundo, séptima conferencia, Dornach, 23 de enero de 1921, GA 203

 

“Con lo que se pueden comparar los estados individuales es, como mucho, con las células del organismo, y sólo se puede comparar toda la Tierra como cuerpo económico con un organismo. Eso hay que tenerlo en cuenta. Desde que tenemos una economía mundial, es evidente que sólo podemos ver los estados individuales con células. La Tierra entera, considerada como un organismo económico, es el organismo social. Esto no se tiene en cuenta en ninguna parte. Pues toda la teoría de la economía se ha convertido en algo que no corresponde a la realidad precisamente porque pretende establecer principios pensados para una sola célula.”

Rudolf Steiner, Curso de Economía, primera conferencia, 1922, GA 340

 

“En el momento en que el espíritu asociativo entra en el proceso económico, en ese momento disminuirá el interés egoísta y prevalecerá la visión sinóptica del proceso económico completo; el juicio económico incluirá el interés por el otro. Es la única manera de alcanzar un juicio económico, de modo que, a partir de los puros procesos económicos, nos alzamos a la relación de persona a persona, y de tal reciprocidad de persona a persona al espíritu comunitario tal como vive en las asociaciones - espíritu de comunidad que no surge de ningún tipo de moralina, sino del reconocimiento de las necesidades del proceso económico.”

Rudolf Steiner, Curso de Economía, undécima conferencia, 1922, GA 340

 

Autor/traductor: Michael Kranawetvogl