Trimembración social - 1918

 

El movimiento de trimembración social en la época de la posguerra. A finales de 1918

 

Índice

El Príncipe Max von Baden. Entrevista con Rudolf Steiner y discurso a la Nación

El 9 de noviembre de 1918

Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social

 

Desde siempre Rudolf Steiner había seguido e interpretado con máximo interés y preocupación los sucesos históricos y los desarrollos sociales en la Europa Central y el resto del mundo. Tenía el mismo interés y la misma preocupación por la preparación y madurez espiritual de los líderes políticos, fruto de lo cual emprendió en 1917 las primeras iniciativas personales de asesorar a personalidades del mundo político-aristocrático.

Antes, gran parte del trabajo de Steiner fue el descubrimiento, estudio y cuidado de la gran tradición de cultura, arte, filosofía y ciencia centroeuropeas, con enfoque especial en la época de Goethe y el Idealismo Alemán. Siendo testigo de cómo los logros cultural-espirituales se encontraban en máximo peligro, Steiner se sintió llamado a señalar la posible salida de la crisis de la humanidad desde la ciencia espiritual social antroposófica.

 

El Príncipe Max von Baden. Entrevista con Rudolf Steiner y discurso a la Nación

En enero de 1918,  por mediación de Hans Kühn, un miembro de la Rama de Stuttgart, se produce un encuentro de Rudolf Steiner y Marie Steiner con el Príncipe Max von Baden, del que se sabía que era un hombre de Estado abierto a la causa de un nuevo orden social. Efectivamente Rudolf Steiner despertó en él en él un interés vivo tanto por los principios de la trimembración social como por la necesidad de una «psicología de los pueblos» como base para un entendimiento mutuo de los pueblos en los futuros tiempos de paz. En este encuentro, el Príncipe Max von Baden recibe una copia del memorando que Steiner había redactado para el Emperador Karl de Austria, así como el libro ‹La misión de las diversas almas de los pueblos› reeditado con un prólogo de Rudolf Steiner, dedicado al Príncipe.

A finales de septiembre de 1918, pocos días antes de ser investido como nuevo Canciller del Reich Alemán, el Príncipe Max von Baden se presenta en la sede de la Sociedad Antroposófica en Alemania, en Berlín para consultar a Rudolf Steiner. Queda poco tiempo para plantear cara a la posición de Estados Unidos de entrar en negociaciones de paz bajo la condición de que fuera aceptado su programa de 14 puntos de Woodrow Wilson. Aunque no se sabe nada de la conversación de aquel día, fue máxima la expectativa de Steiner para el 5 de octubre, día del discurso de investidura del Príncipe Max von Baden en el nuevo Parlamento de Alemania. Sin embargo tuvo que comprobar que el discurso no reflejó ni un solo aspecto del memorando de Steiner. Bajo la presión de las viejas estructuras del Ejército del Reich, el Príncipe se declara conforme con «las ideas orientadas al destino y bienestar de los pueblos tal como son representadas por el señor Wilson».

En su libro “Tiempos de Trimembración” (Dreigliederungszeit). Hans Kühn relata que nunca en su vida había visto a Steiner tan destrozado como al día siguiente cuando abrió el periódico y tuvo que leer las palabras enunciadas en el Parlamento. Una vez más la ayuda que ofreció fue rechazada. La decidida acción del individuo guiado por la intuición moral se vio doblegada frente a las convenciones parlamentarias y el código de lealtad y cumplimiento del deber. Steiner sabía que la frustrada oportunidad de introducir ideas para un nuevo orden social significaría un nuevo calvario para Europa.

El Príncipe Max von Baden perteneció a la misma casa nobiliaria de Baden, la misma casa a la que podía pertenecer Kaspar Hauser si hubiera sido reconocido cono nieto de Napoleón Bonaparte y por lo tanto como Príncipe de Baden, heredero legítimo del Gran Ducado de Baden. Kaspar Hauser nació en 1812 como primer hijo de Stéphanie de Beauharnais, hija adoptiva de Napoleón Bonaparte y esposa del monarca Carlos II de Baden de la región vecina Baden. El momento del discurso de investidura del Príncipe Max von Baden puede verse como otro trágico fracaso de la misión de la casa de Baden para la evolución de la humanidad por la intervención de fuerzas opositoras retrógradas.

 

El 9 de noviembre de 1918

El 9 de noviembre de 1918, se anuncia en Berlín la abdicación del emperador Guillermo III y se proclama la República Alemana. Tres horas más tarde, Karl Liebknecht proclama en Berlín la República Socialista Libre Alemana., El mismo día, Karl Molt, de viaje comercial en Suiza y preocupado por los sucesos en Alemania, decide viajar a Dornach para consultarse con Rudolf  Steiner. La visita de Molt coincide con el inicio de un ciclo de conferencias de Rudolf Steiner sobre los retos de la ciencia espiritual frente a la cuestión social, “Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social”. En este ciclo Rudolf  Steiner analiza las causas y motivos de la catástrofe de la Primera Guerra Mundial recién terminada, y desarrolla un conjunto de condiciones para una sana intervención social de la Ciencia Espiritual en el pensamiento general de la sociedad.

Carl Unger, miembro del grupo de promotores de la trimembración del organismo social, que más tarde iba a ser pionero del movimiento antroposófico y miembro de la primera junta directiva de la Sociedad Antroposófica, comentó el momento histórico como sigue:

“Cuando el 9 de noviembre llegó el día de la libertad para las amplias masas populares, en un pequeño círculo de personas familiarizadas con la vida espiritual libre vivía la convicción de que una reconstrucción de los asuntos alemanes sólo sería posible acogiendo las ideas renovadoras que desde hacía mucho tiempo estaban a la espera de ser introducidas en la vida real. Se trata de las ideas del organismo social trimembrado que el doctor Rudolf Steiner ha desarrollado desde hace años en su ciencia espiritual de orientación antroposófica.”

La época de posguerra y revolución pudo parecer el momento propicio para impulsar unas ideas sociales radicalmente opuestas a la corriente sociológica dominante.

 

Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social

Después del fracaso de los intentos de 1917 de dirigirse a los máximos responsables políticos, la opción más natural parecía dirigirse al público general. En el ciclo “Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social”, del 9 al 24 de noviembre de 1918 , justo después de la Primera Guerra Mundial y la incipiente Revolución en Alemania, en lugar de tomar otras iniciativas concretas, Steiner resumió su actividad de conferenciante con el objetivo de concienciar y capacitar al público para la interpretación del pasado y de las necesidades de una sociedad futura.

Una persona presente en la conferencia de Rudolf Steiner del 9 de noviembre comenta en una carta que Steiner hablaba con una voz de trombón apta para despertar a la audiencia dormida y “sacudir a la ciudad de Basilea hasta el Puente del Rin” (Christoph Lindenberg, Rudolf Steiner, Una Biografía, tomo II, p. 645).

En este ciclo, Rudolf  Steiner menciona entre otras cosas los múltiples intentos fracasados de introducir en las personas con responsabilidades sociales y políticas  un nuevo pensamiento social, en particular la idea de la trimembración social. Analiza las causas y motivos por lo sucedido, y desarrolla un conjunto de condiciones para una sana intervención social de la Ciencia Espiritual en el pensamiento general de la sociedad.

Dentro de la tarea de inducir un pensamiento nuevo, es importante el conocimiento de los sucesos históricos y su sentido. En la época moderna, del alma consciente, cada individuo debería «ser capaz de percibir lo sintomático de los sucesos históricos» y “saber formular las preguntas adecuadas frente a estos sucesos”.

“Habrá que hacer un esfuerzo inmensurable para curar dentro de lo posible la corrupción intelectual y moral del juicio que se ha producido en todo el mundo civilizado, una curación que solo será posible mediante la ciencia espiritual.”

 

En este momento de crisis social, Rudolf Steiner trazó las líneas de otra revolución necesaria, la de entender y dirigir desde el Yo las fuerzas durmientes de su pensamiento, sentimiento y voluntad, desarrollando confianza en ellas. Después de la gran catástrofe de la Primera Guerra Mundial, la gran pregunta era si se podía volver a la “normalidad” de antes. La respuesta de Steiner fue que la vuelta a la normalidad del pensar, sentir y querer solo podía llevar a otra catástrofe. Las tres facultades anímicas tienen el potencial social de vivir en los ideales de la Revolución Francesa, libertad, igualdad y fraternidad, sin embargo, dormidas e infravaloradas, se convirtieron en fuerzas sociales no saludables y en co-artífices de la catástrofe de la guerra y del caos social. Solo pueden ser fecundas para el conjunto social si encuentran su lugar y campo de actuación en el organismo social trimembrado.

La conferencia del 24 de noviembre fue dedicada a una primera amplia introducción a las ideas principales de la trimembración social con la indicación de la importancia de un nuevo sistema de educación en el marco de una visa cultural-espiritual libre. En una conversación subsiguiente con Emil Molt, Rudolf Steiner bocetó las pinceladas esenciales de una sucesiva socialización de las ramas económicas más importantes, orientada en la economía asociativa. En compañía de Carl Unger, Emil Molt, aprovechando sus buenas conexiones con los representantes de la industria y la política, no hesitó de entrevistarse con el Primer Ministro de Baden-Wurtemberg, Wilhelm Blos para presentar los principios de un nuevo orden económico. En sus memorias, Emil Molt comenta Wilhelm Blos escuchaba con gran interés, sin embargo al escuchar el nombre de Rudolf Steiner, retiró su apoyo.

 

Véase también en este glosario:

Trimembración social: Pensar, sentir, querer

 

Autor: Michael Kranawetvogl

Fuente: Hans Kühn, Dreigliederungszeit, Philosophisch-Anthroposophischer Verlag, Dornach, 1978