El dinero - ¿qué es?
Índice
Mercancía y dinero, oferta y demanda
Volumen de mercancías y de dinero
Circulación y precio
Caducidad del dinero. El dinero como contrapartida de la mercancía
Envejecimiento del dinero. Motivo de prestar y donar
Los intereses
Circulación del dinero y certificados de trabajo
El dinero como contabilidad
Dinero, moneda y economía libre asociativa
Dinero de adquisición, préstamo y donación
“Dado que el dinero es el medio por el que se organiza el proceso económico hoy en día, ... lo primero es que entendamos el dinero en su verdadera naturaleza. Eso es lo más importante.”
Rudolf Steiner, Curso de Economía Política, duodécima conferencia, GA 340.
Mercancía y dinero, oferta y demanda
En cada acto de compra, la persona que compra tiene necesidad de bienes y la persona que vende tiene necesidad de dinero. La oferta de mercancías siempre está enlazada a la demanda de dinero. Este proceso es saludable siempre y cuando el dinero demandado (recibido) desencadene de nuevo una demanda de mercancías. La demanda de dinero por el dinero tiene un efecto nada sano para la economía porque interrumpe el proceso “Mercancía-Dinero-Mercancía”. La persona que acumula el dinero sin demanda de mercancía, priva del dinero a los restantes participantes en el proceso económico. El dinero solo cumple su función si sigue en flujo en el proceso económico y va de una mano a otra.
La persona que acumula dinero para sí mismo debilita el poder adquisitivo de los demás, con la consecuencia de que ellos no se verán en condiciones de adquirir productos, incluyendo los de la persona. Por eso la acumulación de capital perjudica a largo plazo, tanto a las personas individuales como a la economía entera.
El derecho de compra mediante el dinero anteriormente adquirido por el propio trabajo supone la obligación de gastarlo. Esta obligación puede parecer una obligación ético-moral; sin embargo en realidad puede ser visto como autoprotección frente al daño económico causado en caso de que no se siga tal obligación. El compromiso de compra significa facilitar que los demás puedan vender sus mercancías, sin embargo en el caso de que una cantidad de capital acumulado no pueda ser gastada en un momento dado, el compromiso de compra se transformará en compromiso de crédito.
Donde entran en contacto la mercancía (oferta) y el dinero (demanda), se forma el precio.
Volumen de mercancías y de dinero
Otros factores monetarios que influyen en la salud económica son la cantidad de dinero y frecuencia (velocidad) de intercambio: El volumen del dinero es el producto de la cantidad de dinero disponible y la velocidad de circulación. Un billete de 5 Euros que circula 20 veces en un solo día corresponde a una demanda de 100 Euros, resultando en un efecto macro-económico mucho mayor que en el caso de que el billete su use para un solo acto de compra/venta en un día.
Por otro lado, el volumen de las mercancías también es el producto de la cantidad de mercancías disponibles y la velocidad de circulación (de compra/venta). La velocidad de circulación es condicionada en primera línea por su grado de perecimiento; puesto que obviamente una lechuga tiene una mayor velocidad de circulación que un diamante.
Circulación y precio
En la medida que aumente la velocidad de circulación de las mercancías, aumenta la demanda de dinero (de vender) y se reduce el precio.
En la medida que aumente la velocidad de circulación del dinero, aumenta la demanda de mercancías y su precio promedio.
El precio de una mercancía de alto volumen de producción bajará; el precio de una mercancía de bajo volumen de producción subirá. La producción de una mercancía tiene que ser regulada de tal forma que el productor puede subsistir con el precio de venta y que para el consumidor el precio de compra sea adecuado y asumible. Cuando el precio de un producto sube, será necesario aumentar la producción de este producto; cuando el precio de un producto baja, será necesario reducir la producción de este producto. El cálculo del precio no debe ser especulativo sino solo tener una función de control para evaluar si el precio conseguido en el mercado es lo suficientemente alto para cubrir los gastos de producción y poder continuar producir.
El si el precio es adecuado o justo solo se puede determinar con el criterio de si con él se cubren las necesidades del productor para el periodo de tiempo que necesitar para producir el mismo producto
Véase también en este glosario:
Renta básica y mínimo de subsistencia
Trabajo, salario, salario mínimo
Caducidad del dinero. El dinero como contrapartida de la mercancía
El dinero como medio de intercambio con cualquier tipo de mercancía, es el representante general de la mercancía. Como tal es necesario que el dinero sea un “contrapartida justa” y “sustituto real” de la mercancía. Para ello es necesario que tenga la misma velocidad de circulación que la mercancía en general, es decir la velocidad intermedia de todas las mercancías en circulación. En otras palabras, el dinero debe tener la misma caducidad intermedia que las mercancías perecederas.
Solo bajo la condición de la caducidad del dinero, el dinero cumple el criterio de circulación continua, sin ningún tipo de peligro de un posible decrecimiento del volumen del dinero para el perjuicio de los producentes y deudores, y sin peligro de un posible incremento del volumen del dinero para el perjuicio de los consumidores y acreedores. En nuestro sistema actual, el dinero no cumple esta función de circulación que genera seguridad entre los producentes y los consumidores, y entre los deudores y acreedores.
En los periodos de tendencia de ahorro masivo en tiempos de coyuntura económica favorable (normalmente con una tasa de interés de 2,5 %), el dinero no mantiene su función esencial de medio de intercambio. El poder adquisitivo baja, la producción disminuye y crece el desempleo. El dinero tiene la opción de retirarse de su función de intercambio a velocidad adecuada por el hecho de no caducar como las mercancías reales. Por el hecho de no ser perecedero, el dinero “juega con ventaja”. El vendedor de productos intentará vender lo antes posible, mientras el propietario de dinero puede esperar con la compra hasta que el vendedor se vea forzado a vender sus productos por debajo de precio normal, o bajo las condiciones que pone el propietario de dinero. En este sentido, el propietario de dinero recibe una renta del vendedor de productos.
Otra consecuencia del carácter imperecedero del dinero es el hecho de que puede prestarse con intereses, una condición sin la cual el dinero no suele prestarse a la vida económica. En dinero (capital) aumenta sin que el propietario tenga que mover un dedo, sin trabajar y sin producir ningún tipo de producto o servicio. Un estado de tensión nada saludable, en el que se produce la discrasia social entre los explotadores y explotados. El dinero se convierte en un instrumento de poder que funciona sin (o por) dejar su función original de comprar productos y pagar por ellos.
La solución propuesta por Rudolf Steiner, pero también por economistas como Silvio Gesell y Irving Fisher, fue someter el dinero a un sucesivo envejecimiento.
“Imagínense que se proponen una vez hacer que el dinero envejezca “
Curso de Economía Política, décima segunda conferencia, GA 340.
Esta medida asegura la circulación continua del dinero. El compromiso de gastar el dinero ya no depende de la buena voluntad de pocos.
El modelo descrito no es pura teoría y utopía, ya que en la Edad Media fue practicado durante algunos siglos.
Envejecimiento del dinero. Motivo de prestar y donar
En la Edad Media, se introdujo en la práctica comercial un sistema monetario muy parecido a la propuesta posterior del mencionado envejecimiento del dinero.
Una parte importante de la “renovatio monetarum” de la Edad Media fue el sistema de la moneda de los bracteatos, que consistió en la norma de que, con ocasión de un cambio de gobierno, o de la muerte del representante de la autoridad monetaria, fue obligatorio cambiar los bracteatos por monedas nuevas, o dinero “joven”, pagando además una "cuota de acuñación" por las nuevas monedas emitidas: Más tarde, el arzobispo Heinrich de Magdeburgo (1116-1192), una persona importante en la corte de Federico Barbarossa, introdujo un sistema permanente de reemisión de monedas, en intervalos de un año o menos.
El sistema del dinero con caducidad hizo que todo el mundo intentara tener lo menos posible monedas para el momento de su renovación, evitando así la "cuota de acuñación", con el efecto de una velocidad de circulación muy alta de dinero y mercancías.
En cada intercambio de dinero y mercancía, ambos lados ganan, siempre que el dinero y la mercancía tengan la misma caducidad para actuar en iguales condiciones. Ambos lados tienen la sensación de que el valor recibido es mayor que el valor dado. Es difícil que para uno de los dos lados se produzca la sensación de engaño, desequilibrio, injusticia o abuso.
En la trimembración social de Rudolf Steiner, la introducción de la caducidad de la moneda está inseparablemente ligada a la existencia de una comunidad asociativa económica, y esta está relacionada con el hecho de que no todo lo que se puede comprar hoy podrá seguir siendo mercancía comprable.
El sistema de los bracteatos imposibilitó el acaparamiento de cantidades mayores de dinero con el fin de cobrar intereses por créditos. Los que dieron su dinero ahorrado en forma de créditos no lo hicieron con la intención de sacar intereses sino con la satisfacción de haber encontrado una persona con necesidad de crédito. Por un lado podían evitar una "cuota de acuñación" alta, por otro tenían la seguridad de que su dinero cumpliese una función de ayuda y utilidad.
En el caso de que no era posible dejar el dinero prestado a nadie, la última opción del propietario era donar su dinero a proyectos culturales, por ejemplo a los canteros que trabajaban en la construcción de las catedrales. Las grandes catedrales de la Edad Media son unos de los pocos patrimonios de la humanidad que no fueron financiados a través de impuestos o trabajo forzoso.
El hecho de que el dinero de compra se convierta con facilidad en dinero prestado o donado es un fuerte factor cultural que impulsa el bienestar social general. Los incentivos de prestación y donación no son históricos, Aun en nuestros tiempos pueden ser parte de una cultura del uso del dinero y tendrían el mismo efecto beneficioso.
Cuando en el siglo XVI el sistema de los bracteatos y la “renovatio monetarum“ fueron abolidos por la introducción de la moneda “perpetua”, la sociedad no pudo mantener el nivel de bienestar de los siglos anteriores. Desde entonces, el mundo europeo entró en un ciclo de crisis económicas que hoy pertenecen a la “normalidad”.
Los intereses
En nuestra sociedad, el dinero fluye constantemente en forma de intereses desde el que tiene necesidad de él (el prestatario) hacia el que ya tiene suficiente, el prestamista. El empresario tiene que hacer frente a esta tendencia mediante su actividad económica orientada al beneficio, mientras que el prestamista recibe una bonificación por no hacer nada. La posesión de dinero tiene la ventaja de no ocasionar ningún coste de tenencia significativo, en comparación con, por ejemplo, un inmueble que produce costes de mantenimiento. Esta ventaja es clave para la ganancia de intereses. Algunos pensadores economistas. Por ejemplo, a principios del siglo XX, Silvio Gesell propuso un modelo para anular esta ventaja mediante una especie de impuesto sobre el dinero.
Circulación del dinero y certificados de trabajo
En la época de la Gran Depresión de 1929/1930, el alcalde de Wörgl, Austria, Michael Unterguggenberger, se inspiró en las teorías de Gesell de “dinero libre” e “impuesto sobre el dinero” para dar respuesta a la situación insostenible del pueblo. En julio de 1932, cuando temporalmente entre 400 y 1500 de un total de 5000 habitantes estaban en el paro y los ingresos por impuestos se redujeron drásticamente, el alcalde decidió emitir una moneda local.
Los argumentos del alcalde fueron los siguientes: Tenemos los medios de producción, por ejemplo, las fábricas de celulosa y de hormigón, también tenemos las personas capacitadas para trabajar con estos medios de producción. Por otro lado también hay demanda por lo que podemos producir. Si podemos crear un valor económico por el que hay demanda, ¿por qué no reabrir las fábricas de celulosa y de hormigón? El único problema es que no tenemos dinero para pagar un salario a los trabajadores. Por lo tanto, hay que crear el dinero: Por el valor que han creado, los trabajadores reciben certificados de trabajo, cuyo valor se indica en chelines austriacos. Solo hay que asegurarse de que los certificados de trabajo sean aceptados en un número máximo posible de lugares. El billete de certificado de trabajo certifica que el poseedor ha realizado un trabajo con los medios de producción disponibles. Por eso, el certificado es al mismo tiempo un certificado de derecho de compra. Los certificados podrán circular igual que lo hace la moneda estatal.
Supongamos el caso de que en una comunidad hay un gran número de habitantes que tienen deudas y no saben cómo saldarlas; posiblemente se ven forzados a pedir un crédito a su banco. Lo normal es que nadie de la comunidad sepa de las deudas de los demás; sin embargo si alguien se ocupase de registrar todas las deudas, gran parte de ellas podrían ser saldadas mediante la mutua compensación, por ejemplo una vez a la semana. Para ello ni siquiera sería necesario que haya un flujo de dinero real entre las personas; solo hace falta hacer cuentas.
En una comunidad cooperativa o asociativa, este tipo de contabilidad estará a cargo de una persona capacitada de la comunidad; en el caso de comunidades más grandes, la tarea puede ser de una agencia.
Un sistema exitoso de compensación mutua de crédito es el “Banco WIR” de Suiza, una organización creada en los tiempos de la “gran depresión”, con la idea de que los socios puedan seguir intercambiando productos y servicios independientemente de la escasez de francos suizos en circulación. En los últimos tres cuartos de siglo, en tiempos buenos y malos, el Banco WIR ha seguido operando con éxito y de momento tiene alrededor de 60,000 miembros que intercambian de bienes y servicios por un valor anual de cerca de 2,000 millones de euros.
En el dorso de los certificados de trabajo emitidos en Wörgl, se leía impreso::
“La lenta circulación del dinero ha sumido al mundo en una crisis económica inaudita y llevado a millones de personas a una miseria indecible. Es hora de salvar el sistema económico en pleno descenso con claridad de pensamiento y una acción decidida. Vivimos del intercambio de servicios. La circulación lenta del dinero ha impedido en gran medida el intercambio de servicios, y como consecuencia de ello, millones de personas dispuestas a trabajar han sido expulsadas de la actividad económica. - Hay que volver a impulsar el intercambio de servicios y recuperar la participación en la vida económica para todos los que han sido excluidos. Este es el objetivo del certificado de trabajo del Concello de Wörgl:“
Durante el período de 13 meses que el dinero de Wörgl estuvo en circulación, el alcalde llevó a cabo todas las obras previstas. El Concello también construyó nuevas viviendas infraestructuras. Seis pueblos vecinos copiaron el sistema con éxito. El primer ministro francés, Eduoard Dalladier, hizo una visita al pueblo para ver de cerca el "milagro de Wörgl". En enero de 1933, el proyecto fue replicado en la vecina ciudad de Kirchbühl, y en junio de 1933, Unterguggenburger dirigió una conferencia para representantes de Concellos interesados en el modelo..
A pesar de su éxito, en 1933 el “experimento” fue paralizado por el Banco Nacional de Austria mediante una ley que prohibió la circulación de monedas complementarias. El Tribunal Supremo de Austria confirmó el monopolio del Banco Central para la emisión de moneda. Más tarde se convirtió en un delito penal emitir "dinero de emergencia". En poco tiempo, Wörgl volvió a una tasa de paro de 30%.
En la trimembración social de Rudolf Steiner, la introducción de los certificados de trabajo está inseparablemente ligada a la existencia de una comunidad asociativa económica, y esta está relacionada con el hecho de que no todo lo que se puede comprar hoy (el suelo, el trabajo) debería seguir siendo comprable en el futuro.
El dinero como contabilidad
El modelo de Wörgl es un ejemplo de cómo la contabilidad puede funcionar en una comunidad o comunidad asociativa.
Los miembros de la comunidad / los habitantes de una localidad no intercambian dinero físico. El dinero se “crea” desde la nada, es decir en el momento en el que una persona que quiere adquirir un producto o servicio. En este momento recibe un “crédito” de la persona que presta el producto o servicio. La persona que el producto o servicio no recibe ningún pago, y en este sentido concede un “crédito” porque puede confiar y creer en que al cabo de una semana (o hasta el día de saldar las cuentas) las deudas (y obligaciones) se compensarán más o menos entre todos. En lugar de hacer pagos, se hace contabilidad.
Con la tecnología digital actual, es posible llevar la contabilidad en tiempo real. Todo lo que hay que hacer es crear una cámara de compensación digital. Allí se puede “crear” y hacer circular el dinero de forma digital. Esto permite contabilizar innumerables servicios y contrapartidas de servicios en una región.
Los gestores de la cámara de compensación velarán si las personas que quieren participar abriendo una cuenta propia son capaces de ofrecer contraprestaciones para las prestaciones (créditos) recibidas en un marco de tiempo adecuado. El principio de la contabilidad se fundamenta en el intercambio de prestaciones; en este sentido es una moneda respaldada por las prestaciones mutuas.
“Lograr que se establezcan los precios adecuados en la economía debería ser uno de los objetivos principales de un nuevo orden social justo. Hay que superar las viejas relaciones salariales, es decir, la lucha por un salario más alto con la consecuencia habitual del encarecimiento de los alimentos, la vivienda, etc. Hay que cambiar la función y el significado del dinero hoy en día. En el futuro, el dinero será una especie de contabilidad volátil, un registro, por así decirlo, de los productos que hemos producido y de lo que podemos cambiar por ellos.”
Rudolf Steiner, Comités de empresa y socialización. Noches de discusión con las comisiones de los trabajadores de las grandes industrias de Stuttgart, quinta ronda de debate. Stuttgart, 24 de junio de 1919, GA 331
Véase también el artículo "El dinero como contabilidad"
Dinero, moneda y economía libre asociativa
"La cuestión de la moneda nunca será resuelta de manera satisfactoria mediante leyes estatales. Los Estados actuales sólo la resolverán renunciando a la solución por su parte y dejando que el organismo económico e encargue de las medidas necesarias".
Para entender lo que Rudolf Steiner dice sobre el dinero, es necesaria una comprensión básica de la trimembración del organismo social:
“Y el valor monetario de una mercancía será entonces la expresión de que el volumen de su producción a través del organismo económico concuerda con las necesidades de la sociedad. Si se realiza lo que en este libro se describe, resultará que en el organismo económico lo decisivo no radicará en el impulso de acumular riquezas, simplemente por el volumen de la producción, sino que a través de las corporaciones que se crearán y que entrarán en las más diversas interrelaciones, la producción de bienes se ajustará a las necesidades de consumo; y por este camino se establecerá la justa relación, concordante con dichas necesidades, entre el valor del dinero y el aparato productivo del organismo social.
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social, GA 23
Por lo tanto, lo que constituye el valor del dinero es el hecho de que con él uno puede permitirse exactamente lo que necesita. Las cooperativas necesarias para una gestión autónoma de las cuestiones de moneda y precio, Rudolf Steiner las llama asociaciones.
“Únicamente por la administración que funcionará de esta manera, y por libre cooperación de los tres sectores de este organismo, se establecerá una sana relación entre el precio y los bienes que se producen; y esta relación consistirá en que, como equivalente de lo producido, el trabajador reciba lo suficiente para satisfacer todas las necesidades de él y las personas a su cargo por el tiempo que corra hasta que él haya terminado otro producto de un trabajo igual. Semejante relación con respecto al precio no puede darse por determinación oficial, sino que surgirá como resultado de la viviente y saludable cooperación de las asociaciones que actuarán dentro del organismo social.””
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social, GA 23
Dinero de adquisición, préstamo y donación
En “Los puntos centrales de la cuestión social”, Rudolf Steiner dice:
"El dinero, en un organismo social sano, no puede ser más que el derecho de adquisición de mercancías producidas por otros y que pueden ser adquiridas en una comunidad económica porque el adquisidor antes ha realizado un trabajo cuyo producto ha entregado a la misma comunidad."
Lo que en esta cita Rudolf Steiner llama “derecho de adquisición de mercancías” es muy parecido a los “certificados de trabajo” anteriormente descritos.
En los modelos anteriormente descritos del certificado de trabajo y del envejecimiento del dinero, se habla principalmente del dinero en su función de adquisición de mercancías.
Sin embargo, más allá de este aspecto, Rudolf Steiner hace una distinción importante entre el dinero de adquisición, préstamo y donación.
El dinero de adquisición tiene su lugar en el ámbito económico. Los ámbitos cultural-espiritual y jurídico-político tienen que abstenerse de influir en los procesos del dinero de adquisición para que puedan ser administrados libremente dentro del ámbito económico-En el caso del dinero de préstamo y donación sucede lo contrario: Los ámbitos cultural-espiritual y jurídico-político tendrán que ejercer sus tareas de una manera adecuada (discreta y desde fuera), influyendo sanamente en la gestión del dinero en la vida económica.
Véase también en este glosario:
Dinero -- de compra, préstamo y donación
Dinero y circulación sanguínea
Dinero -- circulación trimembrada
Autor/traductor: Michael Kranawetvogl